Un espacio cibernauta en el que Dios no tiene la última palabra y Lucifer podría dártela
jueves, 20 de junio de 2013
La seleccion mexicana ¿Martirio o decepción?
Quizá el más grande sueño de cualquier niño mexicano es convertirse en futbolista. Del balompié, se ha dicho muchas veces que es el deporte más popular y accesible en el mundo porque tan sólo requieres de un balón para practicarlo. Mi primer acercamiento con él fue en los barrios de Ecatepec. Para divertirme de niño, usaba mis juguetes, pero cuando un grupo de vecinos me invitaron a jugar futbol, mi vida cambió y es esa la sensación que sólo puede dar una pelota. Todo un mundo de posibilidades giran en su circunferencia y eso lo hace a un deporte extraordinario, eso es lo que provoca el futbol. En mi experiencia, muchas veces me escapaba de escuela o de casa para tener el gusto de patear una pelota Salver, esas que se ponchaban con las espinas de un rosal.
El primer Mundial televisado que observé fue el de México 86. Recuerdo que las televisiones eran muebles enormes con cuatro patas. No existía el control remoto y los colores de la pantalla no eran muy nítidos. En aquel Mundial, donde Argentina se proclamó campeón, me vienen a la mente los nombres de varios jugadores mexicanos: Manuel Negrete, Hugo Sánchez, Luis Flores, Raúl Servín, Pablo Larios y El "Abuelo" Cruz. Luego de quedar 0-0 en tiempo regular, los mexicanos fueron eliminados en la tanda de penales por los alemanes. México consiguió su mejor participación en un Mundial al quedar en sexto lugar y el ingles Gary Lineker fue el mejor goleador en esa justa deportiva. Durante meses mis ganas de salirme al patio a practicar los tiros libres, las cabecitas, los dribles, eran cosa de todos los días.
Ya en la primaria recuerdo con mucho cariño a Ernesto, quien fue mi maestro de educación física y que por aquella época también entrenaba a jóvenes en el Club Cruz Azul. Además de las clases, cada sábado entrenábamos en un lote baldío. Por cierto, no nos cobraba nada por esas clases extra, era su gusto por el deporte o de sacar un buen selectivo de la escuela, era su única satisfacción y orgullo. Muchas veces nos llevó a competir contra escuelas particulares y tuvimos buenas participaciones a nivel delegacional.
En la secundaria continuó mi gusto por jugar al futbol y en esta época definí mi afición hacia los Pumas. Eran los felinos de Miguel Mejía Barón que acabaron de superlíderes. Luis García terminó como campeón de goleo en la temporada 90-91. En la final les tocó enfrentar al América, fue memorable porque el "Tuca" Ferretti dio el título a los universitarios con un soberbio tiro libre. Ya en la preparatoria, tuve la gran satisfacción de observar a los Pumas del 97: Javier Lavallén, Israel López, David Oteo, Braulio Luna, Antonio Sancho, Ángel Carrerón, Jesús Olalde y en la delantera al argentino Christian "El Pájaro" Domizzi. Como anecdotario personal, llegué a entrenar e ir a algunas competiciones con el representativo de la prepa donde estudié.
Tengo mejores recuerdos de los Pumas que de la selección y razones sobran. Está de más enunciar el caso vergonzoso de "los cachirules". La trampa, la corrupción, la transa (¿Es cultural de los mexicanos? ¿Se puede desterrar ese maldito vicio?). A alguien se le ocurrió la inteligente idea de utilizar jugadores que pasaban de la edad reglamentaria en una competición juvenil. ¿La sanción? Que México fuera vetado y sancionado para no participar en el Mundial organizado en Italia 90. Nos quedamos sin pan y circo, eso sin contar que antes en España 82, la selección también se había quedado en la orilla por no haber calificado.
La única selección que recuerdo con agrado fueron las dirigidas primero por César Luis Menotti, y años después, la de Miguel Mejía Barón. Aquella selección mexicana revolucionó su manera de jugar y había gran expectativa de mejorar su participación en la historia durante el Mundial de 1994 que se celebró en Estados Unidos. Ya había sido subcampeona en la Copa América de 1993 y campeona de la Copa de Oro en el mismo año. En el Mundial, fue eliminada en octavos de final por Bulgaria y Méjia Baron fue criticado por "quedarse con los cambios", en alusión a que no metió a Hugo Sánchez al campo de juego casi al final del tiempo regular. Aquí surgió la frase de "los malditos penales" debido a que los nuestros cayeron 3-1 en aquel enfrentamiento. Recordemos que antes había sucedido lo mismo en el 86. Es decir, nos habíamos quedado en el "ya merito" o en la clásica frase de "jugaron como nunca y perdieron como siempre".
El tiempo siguió su marcha y nuevamente la selección calificó para Francia 98. Los pupilos de Manuel Lapuente comenzaron a resquebrajarse en la zona de la Concacaf y si bien calificaron sin problemas, el gigante de la Concacaf era más endeble. Ya en el Mundial le ganaron a Corea del Sur (3-1) y empataron con Bélgica y Holanda (ambos 2-2). Recuerdo que cuando jugaba el Tri, ni un alma se paraba en el restaurante donde trabajaba, incluso nos dejaban ver el partido sentados en el lobby, era la efervescencia de la Verde. Ahora es común reunirse con los amigos para ir a un bar a observar un partido. Quién no recuerda aquel gol de Cuauhtémoc Blanco contra Bélgica estirando su pierna izquierda y mandándola a las redes con el empeine, y otro gol de Luis Hernández casi cayéndose al final contra Holanda, ese que dio la calificación contra Alemania. Para desgracia de esa selección, Alemania los derrotaría 2-1, a pesar de que México había dominado aquel encuentro; es más, había anotado primero, pero se desmoronó al final.
La calificación para el Mundial Corea-Japón fue de sufrimiento para la selección y su afición. Por primera vez un equipo de la Concacaf derrotaba a México en el Azteca. El causante de esa afrenta había sido la selección de Costa Rica, fue el llamado "Aztecazo". De último minuto veríamos cómo el "Ojitos" Meza sería relevado como director técnico por Javier Aguirre, a duras penas logró calificarla, pero su participación sería corta en el Mundial. Se le ganó a Croacia y a Ecuador; con Italia se empató y clasificamos a octavos de final contra Estados Unidos. Echaron a la selección con un 2-0 y por la impotencia Rafa Marquez sería expulsado por dar un cabezazo "mala leche" a Cobi Jones. Lo doloroso según varios comentaristas es que México perdía contra el archienemigo de su zona. A los Estados Unidos no les gustaba el futbol, culturalmente sus deportes favoritos eran el Americano, el beisbol y el basquetbol. ¿Cómo era posible que nos ganara un equipo que años antes ni pelaba el soccer? Quizá fue su dedicación, su constancia y el trabajo en equipo.
Con la cola entre las patas, llegaron a Alemania 2006 de la mano del argentino Ricardo Antonio Lavolpe. Sin problemas, clasificaron en las dos rondas eliminatorias de la zona de la Concacaf. En aquel Mundial, México derrotó a Irán 3-1, empató con Angola 0-0 y perdió con Portugal 2-1. En este último encuentro Omar Bravo falló un penal. En octavos de final México perdió 2-1 contra Argentina en tiempos extra. Max Rodríguez haría un gol estupendo luego de recibir con el pecho y tomar el balón de volea. De nuevo, las aspiraciones tricolores eran pisoteadas en tan sólo unos segundos, quizá era lo mejor, tal vez en penales habría sido la misma decepción con los mexicanos.
Hugo Sánchez tomaría las riendas de la selección. Su paso sería fugaz y luego trajeron al sueco Sven-Göran Eriksson, ex seleccionador de Inglaterra y ex técnico del Manchester City. Otra vez hubo dificultades para calificar y lo removieron. Total que de nuevo "El Vasco" Aguirre se haría cargo y para quitarse presión dijo que no sería "el salvador de la selección". Como nunca antes y angustiosamente aquella selección comenzó con el pie izquierdo. En su primer partido como técnico el Vasco vería caer a los suyos ante El Salvador y lograría una victoria ante Trinidad y Tobago. El alivio vendría con cuatro victorias a hilo ante los Estados Unidos, Honduras, Costa Rica (de visitante) y El Salvador. Así amarraron su participación en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010.
En el partido inaugural los mexicanos empatarían a 1 con Sudáfrica, derrotarían 2-0 --con goles de Blanco y el Chicharito-- a Francia y serían derrotados por Uruguay 1-0. Sin embargo, así calificaron y de nuevo Argentina, sería el verdugo. 3-1 el marcador final. El segundo gol de los argentinos provocado por un error de Ricardo Osorio. Terminado el partido y casi al borde del llanto, el defensa mexicano expresó: "Estábamos muy concentrados, pero nunca me había pasado esto ni jugando ni entrenando. Ese error es increíble cómo le pego para que salga pase para Higuaín, es un error infantil y me da pena, me da tristeza y eso es con lo que me voy ahora. Estábamos jugando bien, desafortunadamente el error que cometí nos costó mucho y el tercer gol de Tevez nos mató".
Desde entonces mi afición por la selección mexicana es el mismo, no espero grandes hazañas, no me provoca dolor o frustración si pierden, si ganan, porque he visto que existen mexicanos que levantan el nombre de México en justas competitivas y se dice menos de ellos. ¿Alguien conoce a Paola Longoria? La mejor raquetbolista del planeta. Triple medallista de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Cartagena de Indias 2006 y Mayagüez 2010, además ganadora del Premio Nacional del Deporte 2010. El año pasado ganó dos medallas de oro en singles y dobles (en compañía de Samantha Salas), en el Campeonato Mundial Elite de Racquetbol jugado en Santo Domingo, República Dominicana. En abril se adjudicó su título 18 dentro de la gira profesional de esta disciplina.
En el ocaso de su carrera, casi nadie se acuerda que el tenista mexicano Santiago González acaba de ganar el torneo de Halle. Un deporte también que ha venido a menos en nuestro país y que ha dado también a últimas fechas muchas decepciones en Copa Davis. De 2010 al 2013 ha ganado los torneos de Halle, Oeiras, Winston-Salem, Newport, Kitzbühel, Barcelona y Belgrado y ha sido finalista de dobles en 2011 de Nice y en 2010 de Newport. Triste porque ya es un jugador veterano, pero a la vez rescatable y meritorio porque mejoró mucho su tenis. En su cuenta de Twitter gonzalez@gonzalezsanty18 afirmó: "Buen lunes buen inicio de semana... Hoy salió en ranking y alcanze el mejor de mi carrera núm. 23 del mundo y estamos 7 como equipos!" y se le lee motivado: "manana para londres pq se viene WIMBLEDON!!!!!! vamos con todo a preparar ese torneo a entrenar y hacer un buen papel... venga!!!".
Pero ¿por qué le damos tanto interés al futbol?, ¿será que nos gusta el martirio y la decepción? Nos gusta la mala vida, nos gusta sufrir desde nuestra butaca y gritar y refunfuñar. Lo sucedido ayer contra Brasil no es mas que el reflejo de lo que podría ser la eliminatoria mundialista, eso si califica la selección mexicana. Sin fatalismos, el futbol es un deporte cualquiera, uno de tantos, el más importante en este país, es cierto, mueve masas, pero no lo es todo, no es para desgarrarse las vestiduras.
martes, 28 de mayo de 2013
La ficción mexicana futbolera
Luis Reyes Los que piensen leer esta reflexión no encontraran un tratado sociologico ni un ensayo detallado, es simplemente mi sentir sobre la identidad nacional y lo que representan los "cuatro grandes del fútbol mexicano (América, Pumas, Cruz Azul y Chivas)". Según un artículo de Samuel Martínez en Razón y Palabra, existen cuatro grupos de poder dentro de la sociedad mexicana, todos ellos emergentes de "las identidades narrativas históricas y caractererísticas socioculturales asociadas a la región, la ciudad, el barrio o el sector social concreto con el que se vincula al club". Así el América representa los intereses ligados al poder y neoliberales, tienen gran capital y usan sus recursos para hacer valer su ideología #Odiamemás; los Pumas de la UNAM representan a la juventud y los estudiantes con gran carga ideológica a la izquierda #comonotevoyaquerer; los del Cruz Azul, representan la clase obrera trabajadora y su fin es trabajar juntos en cooperativas #lokurademicorazón y finalmente las Chivas #rebañosagrado, que representan a la clase humilde mexicana, refugiada en la fe católica y guadalupana, la cual exhorta al nacionalismo. Pero también vemos rivalidades entre Chivas y los Rojinegros del Atlas; o los Rayados del Monterrey y los Tigres de la Universidad Nacional Autónomá de Nuevo León. Tribalismos-chovinismos deportivos y rivalidades ideológicas persisten fuera del campo de juego, las ideas desechadas por las creencias: el fanatismo puro y exacerbado, las viejas luchas políticas también reflejadas en el balompié. Todas ellas dentro de un negocio económico que mueven los barones del futbol para vender playeras, discos, balones, membresías, uniformes. La colectividad dentro del deporte para hallar identidad. Nuestros orígenes como nación se remontan a las grandes civilizaciones que poblaron este país: los aztecas, los olmecas, los mayas, etc., cada cultura con enormes conocimientos que heredaríamos a la cultura universal. Seríamos conquistados por los españoles, vendría la mezcla de razas. Seríamos testigos de las invasiones francesa y norteamericana. Pasaríamos a conformar una nación dividida entre conservadores y liberales. Pasaríamos a la Revolución y la guerra de poderes de los grandes caciques de la región, la Revolución no le hizo patria a México. La riqueza se concentraría en la capital del país a costa del empobrecimiento de los demás estados. Si hacemos la analogía, en el futbol la Federación Mexicana de Futbol está en el Distrito Federal. Continuaríamos con la implementación de un sistema político del partido hegemónico llamado Partido Revolucionario Institucional, el cual gobernó durante 71 años. Hartos de las crisis y las devaluaciones veríamos la llegada de Acción Nacional en la llamada transición. Observaríamos como un cáncer social, la llegada de los carteles del crimen organizado. Los descabezados, los niños sicarios, las ejecuciones. Nos desilusionaríamos y elegiríamos de nuevo, a ese obscuro poder tricolor. Aquel que desde los estados, ejerce el poder mediante las gubernaturas, eternos virreinatos para saquear pequeñas comunidades y municipios en nombre de la democracia. Encaminados desde entonces por el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial para invertir en educación, en el campo, en la industria. Coaligados a esa colectividad al norte de México: los Estados Unidos. El que no transa no avanza. En el deporte observaríamos las mismas decepciones en colectividades. En el futbol en específico, el deporte por excelencia más seguido en nuestro país y nos preguntaríamos: ¿Qué le sucede a las selecciones nacionales mexicanas cuando enfrenta a los Estados Unidos? ¿Por qué se achican las selecciones nacionales en Mundiales? ¿Por qué vemos errores garrafales en segundos? Porque en la realidad no hemos ganado ni un Mundial, lo mejor lo hacemos dentro de nuestra tierra, exacerbados desde nuestro nicho, donde ahí sí podemos despotricar contra el rival, hacerlo pedazos verbalmente. Cito: "De los 13 campeonatos entre 1944 y 1956, ningún campeonato fue ganado por estos cuatro equipos (Chivas, América, Cruz Azul, Pumas). Pero luego, ganaron 27 de 37 campeonatos entre 1957 y 1991. Entre 1992 y 2006 esta dominación básicamente desaparece, ya que ganaron sólo 6 de 25 campeonatos, mientras que los equipos de las ciudades regionales de Toluca y Pachuca ganaron 9 campeonatos entre los dos en el mismo periodo". Y de ahí me remito a lo sucedido con Cruz Azul en la final, lo cual pudiera ser en hipótesis, ese miedo colectivo a no crecer, a saber que eres mejor que el rival en determinado momento clave y que sin más, dejas ir una oportunidad valiosa para tu equipo. América demostró colectividad, pero no lo hizo toda la temporada como tampoco lo ha hecho durante décadas, ¿cúánto le durará? Las contrataciones son efímeras, los jugadores hoy en día se venden al mejor postor por quien pueda pagar su precio. Hacemos colectividad con las personas con quien más tiempo nos relacionamos en la vida. La familia es un ejemplo, el trabajo es otro ejemplo. Todos unidos bajo un mismo objetivo, cuántas veces quieres tirar la toalla porque existen egos, envidias, estúpidas rencillas que orillan a entregar un trabajo mediocre, todo sea por el señor dinero o por propio beneficio. ¿América logró conjuntarse durante toda una temporada? Los mexicanos no somos capaces si quiera de tendernos la mano cuando alguien nos gana bien y a la buena. Mi impresión es que la trampa (entendida la mexicana), es esa inseguridad para saber que necesitas de agresiones, golpes, fraudes, rascismos, para lograr tu cometido. Luego entonces, ¿qué significa ser deportista en México? El deporte nacional es tomarse la foto con el Presidente, la educación física ni siquiera está contemplada como una materia tan importante como la Historia o las Matemáticas como sí hacen en otros países, el deporte visto como mercancía, no como formador integral de personas. Obesidad, diabetes, una sociedad enferma bajo los efectos de la Coca Cola. Colectividad a mi manera de ver, es moverse hacia un mismo objetivo, hacia un mismo sentimiento, no sabemos qué somos como mexicanos, no sabemos qué tenemos, no valoramos. México es un crisol de paradigmas que me remiten a que las colectividades conscientes, felices y dispuestas a comprometerse son las que ganan más como nación. Separo lo que fueron los jugadores. Dejo de lado al dueño del América y de Televisa, Emilio Azcárraga Jean que apoyó sin más al Presidente Enrique Peña Nieto desde la pantalla. La imagen del mexicano hasta "las clanchas" no es exclusivo de la perrada, también alcanza a los magnates. El mérito es de esa pequeñita colectividad de jugadores, aunque represente en las altas esferas lo más fraudulento de la colectividad mexicana. ¿Cómo conseguir colectividad e identidad hacia los grandes retos que tiene México? ¿Qué nos tiene qué motivar para alcanzarlo? ¿Qué tenemos que destruir para que emerja una nueva nación? ¿ Hacia dónde queremos ir? Por qué los jugadores de primera división reciben unos sueldazos y la mayoría de la gente vive con salarios de sobrevivencia, por qué las comunidades indígenas han creado grupos de autodefensa para sobrevivir ante la violencia en su tierra y la que se ejerce desde las transnacionales para ceder la poca riqueza, aquella que ya no somos capaces de hacerla producir con nuestro propios medios. Se los pregunto porque hoy en día busco redefinirme como mexicano. Vivimos en una ficción colectiva creada y no creada por nosotros mismos, pero ¿qué queremos ser en realidad? Cito también la opinión de un compañero: "Para mí es una vergüenza y un dispendio injustificable que las universidades mexicanas financien equipos de futbol. Siquiera en Estados Unidos es parte del negocio: las universidades becan a jugadores para que se llenen estadios y se firmen contratos con la tv, y las ganancias revierten hacia la institución. En cambio acá es una sangría que sólo contribuye al porrismo".
martes, 5 de marzo de 2013
Vibra Muchá, música con esencia reggae
Vibra Muchá es un quinteto de jóvenes mexicanos que crearon en términos armónicos una fusión de música mestiza con esencia reggae, la cual refleja un mensaje propositivo de respeto, de equidad y de paz en sus letras que componen, todas ellas en contacto permanente con géneros como rock-steady, jazz, pop, rock, ska, trip-hop y son.
El grupo nació en 2007, cuando Polock (Batería), Chinto (Guitarra), Juan (Sax) y tres músicos más que ya no están en la agrupación decidieron formar una banda que adoptara el reggae como camino para abordar temas de crítica social, de espiritualidad y de amor, como contrapeso al ambiente tan apabullante de México. Marco (Voz) y Sergio (Bajo) se unieron en 2012.
Polock refiere que su nuevo disco ha sido resultado del trabajo de dos años en Nahk estudio, a diferencia del de 2008, que grabaron en tres meses, tras ganar un concurso de bandas organizado por el Circo Volador. "Éste de larga duración, tiene 13 canciones y recuperamos tres del anterior". "El nombre de Vibra Muchá surgió porque dos amigos de mis padres a los que consideramos como abuelos, nos decían desde pequeños Muchá. Convivieron con nosotros desde que nacimos, pues habían emigrado de El Salvador tras la guerra civil de su país lo que los obligó a ser exiliados; llevan más de 25 años en Canadá". "Tenían un espíritu de esperanza, pues la situación en su país era muy peligrosa. Con nuestra música buscamos ofrecer ese mensaje de paz, que pueda ser un pequeño lugar de exilio ante tanta violencia en México", explica. Marco enuncia algunas de las canciones de su nuevo LP: "Hombre que mira, inspirada en un poema de Mario Benedetti. Es un tributo al rocksteady y al escritor uruguayo. Sonidos Azules combina el imaginario de Vibra Muchá, una isla conceptual en la que queremos hacer felices a los que nos escuchan". "El Peón enuncia cómo el gobierno se encargó de convertir al pueblo en un peón, que sólo se mueve hacia delante y es carne de cañón. ¿Con qué congruencia sirven a un rey de manera irracional? No ven más allá de su cuadro de ajedrez. Todas las piezas pueden morir pero mientras el rey esté vivo, sigue en el juego". "Vibra Muchá pretende que el tablero se pueda usar para jugar otro juego, porque no es necesario ser peones toda la vida. Dar tu vida para proteger a alguien puede ser una acto de amor, pero también uno irracional. Todo arte es una llave para abrir las puertas de tu percepción y lo que buscamos es dársela al público”. Chinto dice que la lectura y la música son dos catalizadores que ayudan a tener una percepción más amplia del mundo para no quedar inmersos en el vicio de la televisión. “No estaríamos dispuestos a intercambiar nuestra vida por una situación económica que tal vez ni siquiera es la más favorable para todos". "La canción de Mi luz perfecta retoma un momento de esperanza, no tratamos de mostrar un concepto de amor fanático, no se trata de que alguien llegó y ya es la iluminación de nuestra vida, sino que refleja el amor, la ayuda que te puede proporcionar otra persona en esos momentos difíciles", señala. Para Marco, Sin color habla de lo que el ser humano se ha convertido, en “un invasor del planeta. Sin querer nacimos siendo parte de esta plaga y lo estamos destruyendo, sales de aquí y todo es gris, ya no hay colores reales, la idea es darse cuenta del mal que le venimos haciendo y hacer lo posible para mejorarlo”. "Incluso se siente un clima distinto cuando pasas por Los Viveros o por Chapultepec, ha cambiado esta ciudad con sus ríos Churubusco o San Joaquín, ahora son ríos y estanques de autos. La idea es voltear a esta frita realidad y hacer lo posible por mantener los colores que nos da la naturaleza". Polock lamenta que el reggae mexicano se encuentre en una escena underground. "Quisiéramos que no estuviera destinado a pocos espacios, sólo hay tres estaciones que lo difunden: Reactor 105.7, Radio Politécnico 95.7 FM y Radio UAM 94.1. La radio pública es más propositiva, cultural, rebelde y consciente”. “Eso dificulta la tarea por ser una banda independiente con un género que no es muy popular. Es un trabajo a contracorriente, tratamos que sea sustentable, que más gente escuche nuestras música, es un reto para Vibra Muchá este 2013. Marco indica que el reggae agrada, pero todo lo que está pagado y “a fuerza” no permite otros gustos. “Prendes la radio y sólo hay un programa de una hora un día a la semana de reggae. La mayoría de las estaciones todo el día pasan las mismas rolas”. Chinto confia que Vibra Muchá sea un pequeño impulso para nuevas bandas de este género musical. "Hay un abismo entre las consolidadas y las de reciente formación que esperamos cubrir, buscar que la escena del reggae mexicano se pueda ir renovando”, concluye. Vibrá Muchá presenta su nuevo disco el 8 de marzo a las 22:•30 horas en el Club Atlántico, ubicado en República de Uruguay #84, tercer piso, esquina con 5 de Febrero; como grupo invitado estará Realidub. La entrada es libre. El 9 de marzo estarán en el Raztlán de Coacalco, estado de México. Los puedes escuchar en https://www.facebook.com/vibramucha.
miércoles, 13 de febrero de 2013
Abuelo, préndele a la radio.
Mi abuelo era un radioescucha apasionado del cuadrante, en especial de ese que se oye viejo, carcomido, polvoso por los años, en el mundo de Amplitud Modulada. Ya nadie se acuerda de él. Cada mañana, después de la hora del desayuno lo primero que tomaba era su pequeño transmisor de radio y sintonizaba Sinfonola "la estación del barrilito" o El Fonógrafo, "música ligada a tu recuerdo". Le encantaban. Se sentaba en la mesa del comedor, pedía su café, sus chilaquiles con huevo y cuando terminaba, daba vuelta a la perilla ON/OFF. ¡Ahhhh! Podía observar la satisfacción en sus ojos. Acariciaba el TUNE con alegre parsimonia, y con ella paseaba a sus oídos de estación a estación. XEQK. "Chocolates Turín, ricos de principio a fin, siete de la mañana 34 minutos, 7:34, (piiiiiiiiiii)". Era una mañana cálida. chachachás, salsas, rancheras, boleros, baladas. Súbele al VOLUME que quiero perderme en los recuerdos, quizá pensaba. Recargaba su barbilla sobre su mano derecha y con los dedos de la izquierda golpeteaba la mesa para seguir el ritmo. "Si tienes un hondo penar piensa en mí; si tienes ganas de llorar piensa en mí". La vista se le nublaba y se perdía en la inmensidad de esas cuatro paredes que albergaban nuestro hogar. Agustín Lara se debatía en profundas palabras: "Cuando quieras quitarme la vida, no la quiero para nada, para nada me sirve sin ti". Abuelo, cómo te extraño. Hoy lejos están las horas cuando paseabamos juntos por el parque con ese perro que siempre movía su rabito cuando te veía pasar. "Buuufy" le gritabas, pero su nombre era "Goofy". Hoy escribo estas líneas, recordando lo que era la radio, una compañera a la cual podías escuchar en tus últimos días. Cruzabas los brazos y te rendías a su música, para no sentirte solo. Hoy leo que casi 2 millones de mexicanos con cinco o más décadas de vida han logrado migrar a la web, conocer la Internet. ¿Qué hubieras hecho de ella abuelo? Seguramente tuiteas desde arriba. Seguramente checas nuestro perfil cada día de nuestra existencia. Si abuelo, casi no pronunciabas palabras pero con ellas sólo quiero decirte algunas: "Gracias por dejarme un padre bondadoso". Y si la radio migra al Internet, que su voz se escuche en lo más alto, en aquello que queremos escuchar. Yo por lo mientras, me voy a desayunar unos chilaquiles con huevo.
domingo, 27 de enero de 2013
Luneta Dos
Luis Reyes.
Un cadáver que camina es la metáfora que el crítico y escritor musical, José Noé Mercado, ha utilizado para describir lo que a su parecer es la ópera en México, la cual adolece y se anquilosa ante la disminución en la calidad artística y programática que ofrece, por la importación de talentos nacionales, el recurrente desplazamiento de artistas mexicanos por extranjeros, los gastos excesivos en producciones, los pocos recintos culturales, los teatros sin autonomía de gestión y presupuestal, y las fallas estructurales repetidas cada periodo sexenal.
Por ello, escribió Luneta Dos, libro que hace un recorrido histórico de la actividad operística, sus recurrentes interinatos a últimas fechas, la falta de políticas fiscales, la discontinuidad de proyectos, repertorios repetidos, favoritismos y camarillas, la falta de preparación de artistas nacionales, la migración de cantantes, la limitación de fondos. "Una familia disfuncional que se niega a hablar de sus problemas para resolverlos. Es mejor callar. Al menos en lo público. Evocar las buenas conciencias aunque algo deforme hieda en ellas", describe.
Noé Mercado refiere que su obra nació con la intención de aportar no una verdad, sino una oportunidad para reflexionar los aspectos caducos y viciados que existen, texto que se presentó la noche del pasado 25 de enero en la cantina Dos Naciones, en un evento al que asistieron como presentadores el flautista y director, Horacio Franco; el editor de la revista Pro Ópera, Charles Oppenheim, y el periodista cultural Víctor Roura.
El también autor de la novela Backstage afirma que su nueva publicación surgió como una necesidad para esbozar la limitada oferta operística de México, la cual aquí tuvo su época dorada cuando Europa tenía teatros devastados, que impuso un modelo que nos hizo sentir colonizados. “La ópera es una manifestación que puede comunicarnos y hacernos sentir nuestra propia cultura, como mexicanos debemos dejar de sentirnos insatisfechos o tolerar aquello que no nos satisface”, señala.
Ahora, manifiesta, las políticas culturales que se han aplicado en este género musical no responden a las inquietudes de los artistas mexicanos, quienes ven truncadas sus carreras, y a pesar de que existen nuevas propuestas, no encuentran los espacios o los apoyos necesarios para llevarlas a cabo, aunque “no podemos esperar al ogro filantrópico, (en el libro) trato de esbozar algunas respuestas y éstas pueden venir de quien menos se espera”.
En la presentación, el cantante Charles Oppenheim señaló que Luneta Dos es un gran reportaje que “de golpe” hace un análisis pormenorizado, pretende ser el primer borrador de la “docena trágica” operística, la cual sólo dejó desencanto, decepción y disgusto por la manera en que los dos regímenes panistas redujeron la propuesta programática de este espectáculo --una función cada 14 días; un título nuevo cada 52 días--, y el financiamiento para apoyar proyectos creativos.
Criticó a quienes manejan la Compañía Nacional de Ópera, pues sólo se dedican a pagarles a artistas importados y no a mejorar la calidad de las funciones, además de que el Instituto Nacional de Bellas Artes sólo participa con una cuarta parte de la oferta operística, mientras artistas independientes ofrecen la restante. “No han atendido este deterioro, ahora regresan los mismos que la administraron en el pasado con el Partido Revolucionario Institucional, ¿será posible que esto mejore?”, cuestionó.
Por su parte, Horacio Franco dijo que Luneta Dos “pone el dedo en la llaga” sobre un género musical que cada periodo sexenal sobrevive en medio de la mediocridad, pues la labor de las instituciones encargadas de promoverla ha sido mínima, lo que ha originado que los artistas mexicanos tengan carreras impresionantes en el extranjero o éstas se encuentren detenidas, además del escaso interés para implementar recintos operísticos en los estados.
Al evento también estuvo presente la cantante mezzosoprano Ana Caridad Acosta, quien vaticinó que si la actual administración federal, los propios realizadores y los artistas no trabajan para mejorar, la ópera esté condenada a desaparecer en México por las propias manos de sus involucrados.
lunes, 10 de diciembre de 2012
México, ¿por qué?
Luis Reyes
Durante una comida tuve una cálida conversación con Víctor. Él como ciudadano interesado en la política, me hizo la siguiente pregunta: ¿Por qué la televisión mexicana le dedica tan poco tiempo a la ciencia y la tecnología? Excelente cuestionamiento, dije para mis adentros, pero a la vez no supe qué responder en el momento porque a mi parecer existen diversas causas.
¿Por qué se le dedica más tiempo a la pelea que habían sostenido Manny Pacquiao y Juan Manuel Marquez, donde el mexicano se llevó la victoria con un nocaut sorprendente, o a la desaparición de la cantante grupera Jenny Rivera?, donde hasta Joaquín López Dóriga apareció en un segmento informativo el pasado fin de semana. Sin menospreciar intereses particulares, ¿por qué Carlos Loret de Mola sólo le asigna dos minutos al segmento cultural de Nicolás Alvarado y a las secciones de deportes de Toño de Valdés, o de espectáculos de Mauricio Clark le ofrecen más tiempo?
En principio le respondí que quizá tiene que ver en parte porque el nacimiento de este medio electrónico se dio dentro de un modelo comercial, escogido por el Presidente Miguel Alemán Valdés, allá por los años 50, mismo modelo que le permitió a Televisa crecer como emporio mediático y sin competidores durante mucho tiempo, hasta los 90 cuando Televisión Azteca llegó como un adversario, donde Ricardo Salinas Pliego era visto por "El Tigre" Emilio Azcárraga Milmo, como un empresario inexperto en el ramo de la pantalla.
Me viene a la mente otra más. Porque la empresa dominante en aquel momento impuso sus condiciones en un mercado frente a otros competidores. Miremos el mercado de televisión abierta. Una empresa dominante como Televisa usa un tipo de programación que le funcionó y le ha funcionado durante décadas; Televisión Azteca sólo llegó a repetir dicho modelo y privilegiar el rating conforme a sus intereses empresariales y por ello también se dedicó a transmitir los programas que le generaran mayor ganancia.
Una de las razones que Víctor me daba era que en México tenemos la televisión que queremos y eso se refleja en los programas. Me decía que los estudios de mercado efectuados por las mismas empresas demostraban que ese tipo de programación es la que como mexicanos queremos ver. Sin embargo, difiero un poco de esta afirmación, pues al ser estudios con fines lucrativos, sólo muestran lo que la televisora programa para que el anunciante (llámese Bimbo, Coca Cola, Corona, etc.) lo siga haciendo y con ello, vender mejor sus espacios publicitarios. No es lo mismo anunciar Corona en la pelea Pacquiao-Marquez, que en un partido de futbol soccer "de medio pelo" entre Atlas-Tigres. Eso es muy relativo, porque quizá a los que no les gusta el box, prefieran observar el encuentro de futbol. El gusto se rompe en géneros y no todos queremos ver lo que dicen los estudios de mercado.
Y todo esto viene a colación porque el pasado domingo, el nuevo Presidente Enrique Peña Nieto acudió a signar el Pacto por México y con ello, iniciar el proceso de licitación de dos cadenas de televisión abierta, el cual se llevará en mayo, según anunció la semana pasada, Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes. "Las dos cadenas (de televisión), el presidente (Enrique Peña Nieto) fue muy claro, en los próximos 3, 4, 5 meses máximo (se publicarán las bases y convocatoria de la licitación), y creo están las condiciones".
Sin embargo, hay una piedra en el zapato, ya que en este Pacto por México el punto diez habla de ofrecer "de manera gratuita" las señales de Televisión Azteca y Televisa a todos los operadores del servicio de televisión de paga. Esto último no les gustó a los barones Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego. El compromiso de Peña Nieto lo echaron abajo en menos de 24 horas, tal como lo narra esta semana Jenaro Villamil en la revista Proceso.
¿Qué se puede esperar de estas nuevas cadenas? En principio mayor competencia en el sector y es posible que éstas mantengan la misma propuesta programática que ofrece el duopolio. La realidad es que el Estado Mexicano seguirá preservando los intereses de unos cuántos, los cuales nos seguirán recentando box, telenovelas y desgracias en el mundo de la farándula.
Enrique Peña Nieto comenzó con el pie izquierdo con el llamado "must offer" y parece que sucumbirá a los chantajes del duopolio durante su sexenio. Será interesante conocer quiénes serán los nuevos interesados para participar en la licitación de las dos cadenas de televisión abierta, ya falta poco y ojalá diversos sectores de la sociedad se pronunciaran por el tipo de televisión que les gustaría ver.
lunes, 22 de octubre de 2012
Somos más Carrilla que hasta caemos Gordillo
Luis Reyes
¡Noooooooo! Se escucha a lo lejos de la tribuna. Un aficionado llora con la bandera de su equipo auriazul. 5-0 el marcador del Tigres-Pumas. Una vergüenza, el equipo y el director técnico Mario Carrillo. Y la televisión mexicana ya sea Televisa o Televisión Azteca morbosamente pasan y pasan la imagen de un mexicano chillón, desbordado por la frustración de ver a su equipo perder en un simple partido de futbol. Entonces viene la ira. ¡Saquen al ex americanista Carrillo del equipo! Es el reclamo y ahora la gran mayoría especula sobre su salida si pierde con los pollitos de Coapa, que a su vez se emocionan con un triunfo pírrico en el Estadio Azteca para aspirar a la liguilla. Sin embargo, todo es distinto para los líderes sindicales. La "Moustrillo" Elba Esther Gordillo y el jefe de Jefes, Carlos Romero Deschamps, quienes fueron reelectos el sábado sin ninguna oposición al frente de sus sindicatos, total seis años más. La chiapaneca que fraguó el fraude de 2006 para que con los votos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación ganara Felipe Calderón, se hizo del cargo desde 1989; y Deschamps, vinculado con el Pemexgate que financió la campaña de Paquito Labastida llegó al poder de su gremio en 1996. Qué pena, muchísima pena y más pena que exista mexicanos que dentro de sus sindicatos sigan exprimiendo el erario y manteniendo en el poder a momias políticas. Que existan legisladores que vayan a aprobar la reforma laboral sin promover cambios para proteger al trabajador como se requiere, favorecer a los grandes intereses empresariales porque según nuestros senadores, los diputados hicieron "una estupenda labor". ¡Mother Fuck! Que existan trabajadores que se rascan las pelotas en sus respectivos trabajos y sólo extienden la mano para no trabajar. Así es mis amigos, sigamos jugando futbol, no perdamos esa pasión, sigamos cerrando los ojos a la política, sigamos promoviendo este México, con políticos tan mediocres que no están a la talla de los retos que exige el país, total. Sólo en México se pide la renuncia de un pésimo director técnico en pocos días, mientras que un político fraudulento lo perpetuan durante años, porque así está bien, porque somos más Carrilla que hasta caemos Gordillo.
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