Un espacio cibernauta en el que Dios no tiene la última palabra y Lucifer podría dártela
lunes, 10 de diciembre de 2012
México, ¿por qué?
Luis Reyes
Durante una comida tuve una cálida conversación con Víctor. Él como ciudadano interesado en la política, me hizo la siguiente pregunta: ¿Por qué la televisión mexicana le dedica tan poco tiempo a la ciencia y la tecnología? Excelente cuestionamiento, dije para mis adentros, pero a la vez no supe qué responder en el momento porque a mi parecer existen diversas causas.
¿Por qué se le dedica más tiempo a la pelea que habían sostenido Manny Pacquiao y Juan Manuel Marquez, donde el mexicano se llevó la victoria con un nocaut sorprendente, o a la desaparición de la cantante grupera Jenny Rivera?, donde hasta Joaquín López Dóriga apareció en un segmento informativo el pasado fin de semana. Sin menospreciar intereses particulares, ¿por qué Carlos Loret de Mola sólo le asigna dos minutos al segmento cultural de Nicolás Alvarado y a las secciones de deportes de Toño de Valdés, o de espectáculos de Mauricio Clark le ofrecen más tiempo?
En principio le respondí que quizá tiene que ver en parte porque el nacimiento de este medio electrónico se dio dentro de un modelo comercial, escogido por el Presidente Miguel Alemán Valdés, allá por los años 50, mismo modelo que le permitió a Televisa crecer como emporio mediático y sin competidores durante mucho tiempo, hasta los 90 cuando Televisión Azteca llegó como un adversario, donde Ricardo Salinas Pliego era visto por "El Tigre" Emilio Azcárraga Milmo, como un empresario inexperto en el ramo de la pantalla.
Me viene a la mente otra más. Porque la empresa dominante en aquel momento impuso sus condiciones en un mercado frente a otros competidores. Miremos el mercado de televisión abierta. Una empresa dominante como Televisa usa un tipo de programación que le funcionó y le ha funcionado durante décadas; Televisión Azteca sólo llegó a repetir dicho modelo y privilegiar el rating conforme a sus intereses empresariales y por ello también se dedicó a transmitir los programas que le generaran mayor ganancia.
Una de las razones que Víctor me daba era que en México tenemos la televisión que queremos y eso se refleja en los programas. Me decía que los estudios de mercado efectuados por las mismas empresas demostraban que ese tipo de programación es la que como mexicanos queremos ver. Sin embargo, difiero un poco de esta afirmación, pues al ser estudios con fines lucrativos, sólo muestran lo que la televisora programa para que el anunciante (llámese Bimbo, Coca Cola, Corona, etc.) lo siga haciendo y con ello, vender mejor sus espacios publicitarios. No es lo mismo anunciar Corona en la pelea Pacquiao-Marquez, que en un partido de futbol soccer "de medio pelo" entre Atlas-Tigres. Eso es muy relativo, porque quizá a los que no les gusta el box, prefieran observar el encuentro de futbol. El gusto se rompe en géneros y no todos queremos ver lo que dicen los estudios de mercado.
Y todo esto viene a colación porque el pasado domingo, el nuevo Presidente Enrique Peña Nieto acudió a signar el Pacto por México y con ello, iniciar el proceso de licitación de dos cadenas de televisión abierta, el cual se llevará en mayo, según anunció la semana pasada, Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes. "Las dos cadenas (de televisión), el presidente (Enrique Peña Nieto) fue muy claro, en los próximos 3, 4, 5 meses máximo (se publicarán las bases y convocatoria de la licitación), y creo están las condiciones".
Sin embargo, hay una piedra en el zapato, ya que en este Pacto por México el punto diez habla de ofrecer "de manera gratuita" las señales de Televisión Azteca y Televisa a todos los operadores del servicio de televisión de paga. Esto último no les gustó a los barones Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego. El compromiso de Peña Nieto lo echaron abajo en menos de 24 horas, tal como lo narra esta semana Jenaro Villamil en la revista Proceso.
¿Qué se puede esperar de estas nuevas cadenas? En principio mayor competencia en el sector y es posible que éstas mantengan la misma propuesta programática que ofrece el duopolio. La realidad es que el Estado Mexicano seguirá preservando los intereses de unos cuántos, los cuales nos seguirán recentando box, telenovelas y desgracias en el mundo de la farándula.
Enrique Peña Nieto comenzó con el pie izquierdo con el llamado "must offer" y parece que sucumbirá a los chantajes del duopolio durante su sexenio. Será interesante conocer quiénes serán los nuevos interesados para participar en la licitación de las dos cadenas de televisión abierta, ya falta poco y ojalá diversos sectores de la sociedad se pronunciaran por el tipo de televisión que les gustaría ver.
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