Un espacio cibernauta en el que Dios no tiene la última palabra y Lucifer podría dártela
domingo, 16 de noviembre de 2014
Saving México
Luis Reyes
El Buen Fin no podría ser peor para Enrique Peña Nieto. La desconfianza y el desconcierto en el país crecen minuto a minuto. Sin conocer todavía dónde se encuentran los estudiantes normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero, de los responsables del asesinato de seis personas y una veintena de heridos en esa agresión en la que fueron atacados a balazos en septiembre pasado, por un comando armado del grupo delincuencial Guerreros Unidos y bajo el amparo del alcalde de Iguana. Con un país convulsionado, miles de habitantes siguen saliendo a las calles a protestar en varios estados de la República para saber el paradero de los normalistas, pero el panorama nacional se tornó todavía peor con la agresión sufrida por un estudiante de Filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien fue herido de bala en la pierna dentro de Ciudad Universitaria (CU) ayer sábado, supuestamente perpetrado por un trabajador de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
Anoche, granaderos irrumpieron en el auditorio Che Guevara de CU --tomado hace 15 años por un pequeño grupo estudiantil-- que hasta ahora se les ocurre recuperar, en un intento fallido por desalojar a los que ahora lo mantienen ocupado. Apenas pisa suelo mexicano y el Presidente advierte que aunque existe una actitud de "diálogo, acercamiento y apertura", el Estado está legítimamente facultado para usar la fuerza “cuando se ha agotado cualquier otro mecanismo para restablecer el orden. ¿Es amenaza? ¿Cómo tomamos esta declaración?
La versión de la PGJDF es que cuatro de sus trabajadores fueron agredidos por alumnos de Filosofía cuando se encontraban realizando inspecciones sobre una denuncia por robo de un teléfono celular. No es para menos. La escalada de violencia muestra un gran descontento y refleja también la gran descomposición social que ha sufrido nuestro país año con año. Desde la frase de "se matan entre ellos" en tiempos de Fox, a la guerra contra el narcotráfico de Calderón, la situación no iba a cambiar con el regreso del PRI con Enrique Peña Nieto delante. Recordemos el asesinato de alcaldes por el crimen organizado, la imposición de los mismos por grupos delincuenciales. El caso del "Ponchis", un adolescente de 14 años que fue capaz de ejecutar por unos míseros pesos para sobrevivir, los grupos de autodefensa rural que se organizaron para cuidarse de los grupos delincuenciales y los casos de linchamiento que habitantes de varios municipios practican contra secuestradores o asaltantes.
Hoy, son otros tiempos, pero el desprecio hacia la juventud y la educación parece ser la constante de los tres órdenes de gobierno. No hace mucho, los jóvenes del Instituto Politécnico Nacional salieron a defender su derecho a disentir por un nuevo plan de estudios que les iban a imponer y les iba a quitar el grado de licenciado o ingeniero por un título de "técnico superior". Lograron lo que nadie se hubiera imaginado, destituir a la ex directora de la institución, Yoloxóchitl Bustamante y el reconocimiento de muchos sectores de la sociedad. Sin embargo, ahora están entrampados en las negociaciones para reanudar clases y para saber quién será el nuevo director que se hará cargo de esa Casa de Estudios.
En días pasados, Peña Nieto decidió viajar China porque, a su decir, hubiera sido “irresponsable”. Así, nos enteramos que la pareja presidencial compró una residencia en las Lomas de Chapultepec valuada en siete millones de dólares, la cual está registrada a nombre de Ingeniería Inmobiliaria del Centro, una sociedad anónima que es integrante del corporativo empresarial Higa, que mediante su subsidiaria Constructora Teya, forma parte del consorcio que había obtenido una licitación para construir el tren rápido México-Querétaro por un monto de 50 mil 820 millones de pesos. Hoy sabemos que esta licitación fue cancelada. La Presidencia comunicó que la residencia de la calle Sierra Gorda había sido adquirida por la actriz Angélica Rivera con "recursos propios". Total que dicha casa fue transferida por Televisa, según refiere el portal Aristegui Noticias. ¿Gobernar es cobrar y enriquecerme?
Aunado a ello, es evidente el clamor de la gente para exigir mejoras en materia de seguridad y empleo. Los gobernadores ofrecen represión, toletazos, censura y muerte. Pero hagamos un recuento de lo sucedido en los últimos días. Hemos estado enterados de las quemas primero, de una unidad del Metrobús cerca de Ciudad Universitaria y luego, de la puerta de Palacio Nacional por un grupo de encapuchados que no fueron detenidos en flagrancia por miembros del Estado Mayor Presidencial, y supimos que en la Universidad Autónoma de México plantel Xochimilco hubo una amenaza de bomba.
En ese contexto, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, pidió al gobierno de Guerrero cumplir con la responsabilidad de atender las manifestaciones y disturbios en esa entidad e instó a los grupos y personas a manifestarse sin lastimar los derechos de otras personas. Que el diálogo tiene límites y que 3.5 millones de personas son afectadas por grupos que se movilizan “supuestamente para exigir justicia por el ataque contra normalistas de Ayotzinapa”. ¿Por qué lo dijo de esa manera?
A mi parecer, Ayotzinapa es comparable a un 2 de octubre de 1968 y si bien la desaparición forzada ha existido desde hace mucho tiempo en México, sigue siendo permisible en la gran mayoría de los estados, si no es que en todos. Con Peña Nieto, 13 luchadores sociales han sido asesinados en Guerrero (gobernado por el Partido de la Revolución Democrática) por pedir mejores condiciones para el campo principalmente. Lo vimos con Michoacán, que es otra entidad en convalecencia. No importa el gobernador o el alcalde, no importa el partido. En México, los que dirigen los rumbos de la nación, han lucrado a partir del exterminio, del desastre ecológico, de los intereses empresariales que lo único que les importa es si El Buen Fin les deja buenos dividendos. Han gobernado para ellos, una y otra vez, con una despensa para ganar el voto, con el dispendio que se ejerce para promoverse por televisión. Es una pena, no podemos ser indolentes.
Si aquí en la ciudad nos quejamos por la corrupción del policía de tránsito, porque la telefónica nos cobró de más o porque nuestro jefe nos bajó el salario sin aviso ¿qué hacemos? Nada, porque se piensa que no denunciar y alzar la voz es lo normal, pero lo normal es que seamos congruentes y seamos más participativos para levantar una denuncia o en el mejor de los casos, respetar lo que nos corresponde como ciudadanos. Nunca será comparable el despojo, la barbarie de caciques corruptos y las muertes de inocentes con las que han pagado a diario muchos habitantes de esas comunidades de Guerrero que para llevarse un poco de alimento a la mesa de su casa, hacen grandes esfuerzos.
Estamos muy acostumbrados a que el que elegimos por gobernante o funcionario nos venga a solucionar. Si esta sociedad olvida que no son los políticos, sino nosotros los que dejamos de hacer y participar en beneficio de mi entorno, estamos acabados para construir unión y solidaridad entre los nuestros. Queremos delegar en los otros lo que no estamos dispuestos a hacer por mejorar mi pequeño círculo. Muchos dicen que no tienen tiempo para hacerlo. Me parece que aún no teniéndolo, es necesario, es urgente hacerlo, construyendo sociedad.
Nuestras quejas no se comparan a las que muchos hermanos en la República tienen en donde viven. Porque comulgan con el sicario a un lado o porque lo poco que tienen se les esfuma por la corrupción de unos cuántos. Hoy como nunca, miles de hombres como mujeres no habían salido a las calles a protestar y lo siguen haciendo. Hay mucho por hacer en este país, cada uno tiene una oportunidad muy grande de hacer un cambio, pequeño o grande. No permitamos estos gobiernos, tampoco los solapemos, mucho menos nos acostumbremos a ello. Saving México. Ya regresó Enrique Peña Nieto a México, no nos preocupemos.
Para terminar, les deseo un Buen fin de semana y no me refiero a que vayan presurosos a comprar los regalos para su familia. Porque nunca en la vida será más grande tenerla a tu lado y disfrutarla. Dejemos de pensar que la felicidad está en comprar un auto, una casa, un celular, cuando no somos capaces de disfrutar con los nuestros eso que tenemos. Muchos se preguntan por qué unos jóvenes como los de Ayotzinapa fueron a enfrentar a un alcalde corrupto y criminal y por qué sus padres lo permitieron. Quizá porque históricamente esa zona de Guerrero ha vivido muchas injusticias y el rencor hacia las fuerzas del Estado se acrecentó. Desde luego, la violencia genera más violencia.
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