Un espacio cibernauta en el que Dios no tiene la última palabra y Lucifer podría dártela
jueves, 26 de mayo de 2011
Un título para recordar que la Cantera es la piedra angular de los Pumas
Luis Reyes
El pasado fin de semana los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se convirtieron por séptima vez en campeones del futbol mexicano. Con este resultado, se revivió el trabajo de la Cantera, la cual apenas hasta hace algunos años parecía olvidada.
El objetivo no fue fácil, pues el partido de vuelta de la final contra Morelia resultó ser muy parejo y cualquiera de los dos equipos pudo haber conseguido la victoria. Sin embargo, la genialidad del joven de 21 años, Javier Cortés, terminó con la ilusión de La Monarquía, al finiquitar el encuentro con soberbio gol.
Desde sus inicios el cubil felino rugió estrepitosamente Ciudad Universitaria y alcanzó con su grito el cielo de la victoria. Los aficionados azul y oro mostraron su pasión a cada momento.
Uno de los aficionados dijo que la la asistencia había sido ¡inédita, han tenido que dejar pasar gente de Pumas a la cabecera sur, ya no caben en la norte!, mientras que los demás coreaban al unísono: “Cómo no te voy a querer, si mi corazón azul es y mi piel dorada siempre te querré”.
Al comenzar el partido, el himno nacional fue sofocado por los "dale ohhh" de las porras de los aficionados Puma: gargantas unidas por alaridos azul y oro. Y luego la emblemática porra universitaria: ¡Goya! ¡Goya! Cachún cachún ra ra, cachún cachún ra ra, ¡Goya! ¡Universidad! No había más, los felinos tenían que jugar con la grandeza de su juego, con la nobleza que les da el balón y con la garra que los caracteriza. Y así fue.
En los primeros minutos, las dos escuadras se mostraron cerradas en sus planteamientos tácticos. Al principio, una aproximación del delantero del Morelia, Rafael Márquez, fue neutralizada por Darío Verón. Juan Francisco Palencia, a quien se le vio infatigable robando balones, comenzó la travesía para conseguir el campeonato. Así, Javier Cortés se fue adueñando de la banda derecha y minutos más tarde vino el penal. Palencia tomó el balón, se perfiló y fusiló al arquero moreliano, Federico Vilar.
¡Goooooooool de Pumas! Palencia se le vio como en sus mejores tiempos, le hizo honor al apodo de “Artillero”. En el deporte crece el corazón a cualquier edad y Palencia esta temporada estuvo sublime. Pero no todo fue miel sobre hojuelas, ya que Pikolín Dos, tuvo que emplearse tras una llegada peligrosa del equipo michoacano; su ataque se hacía más frecuente y peligroso. Pumas se relajó y en una llegada de Miguel Sabáh, el cancerbero de Pumas cometió penal.
Sin embargo, el árbitro del encuentro, Marco Antonio Rodríguez, no marcó la pena máxima y amonestó a Sabáh. No obstante, antes de terminar el primer tiempo, Javier Lozano, ex universitario hecho en CU, empató los cartones.
Para el segundo tiempo, el cubil felino sacó las garras y apoyaron a Pumas sin parar. Los cánticos volvieron a retumbar el inmueble y Memo Vásquez decidió sacar a Martín Bravo para meter a Carlos Orrantia y refrescar el ataque universitario.
Si en el primer tiempo los Pumas estuvieron imprecisos en sus pases, el equipo del Pedregal retomó el control del partido paulatinamente. Al poco tiempo entró de cambió Leandro Augusto por David Cabrera, quien estuvo erróneo. Israel Castro dio el primer viso de quién sería campeón en un tiro de media distancia al que le pegó atrasado.
Luego vino la jugada que cambió el partido, el cual parecía se iría a tiempos extra. Cortés tomó el balón y se llevó la marca de tres defensores para posteriormente vencer la meta visitante. El gol universitario formó una simbiósis entre jugadores y la tribuna que estalló en Ciudad Universitaria. Todos se abrazaban, saltaban y coreaban llenos de alegría.
Del resultado cabe destacar a los jóvenes como Javier Cortés, quien dará mucho de qué hablar en el futuro. Esta temporada, el joven de 21 años demostró que ha madurado, que tiene una gran mentalidad ganadora y que no se achica en momentos difíciles. Cabrera y Orrantia están comenzado a hacer historia: La Cantera auriazul a debe ser la piedra angular y la que debe sostener siempre la filosofía de este club de futbol.
En recientes años, el equipo del Pedregal ha obtenido cuatro títulos en siete años; América, dos en nueve; Chivas dos, en 14 y Cruz Azul, uno en 14, lo que clarifica que el trabajo de Pumas es constante y que se le está dando de nueva cuenta apoyo a los jóvenes canteranos.
Los extranjeros Leadro Augusto y Darío Verón se convirtieron en tetracampeones y ya forman parte de la historia del club universitario. Dante López, incansable y fiel a la filosofía puma y Martín Bravo, con su futbol de arrojo y descaro poco a poco se hacen de un nombre con el club, por eso me parece que Pumas busca fichajes que aunque se les puede criticar por sus altibajos, dan resultados.
Los Pikolines van creciendo de la mano del Guillermo Vásquez, a quien hay que reconocer que la directiva le dio el respaldo suficiente para elaborar un trabajo planificado, a largo plazo y que al final obtienen jugadores talentosos. Me parece que esta institución sabe reconocer el trabajo y da segundas oportunidades.
Para aquellos que somos universitarios y que compartimos la pasión por Pumas --espero no poner palabras de más en ustedes--, la UNAM es símbolo de que hay que entrenar la mente y el cuerpo a diario. Para trascender en la vida, es necesario dar esa garra que nos caracteriza como institución. Trabajar con lo que tenemos y soñar muy alto. A los aficionados de Pumas: miles de aplausos a ustedes que en las buenas y en las malas estuvieron siempre presente.
Los Pumas cerraron con broche de oro todo lo que hicieron durante la temporada, Morelia fue un digno rival y me quedó con la declaración de Israel Castro y que aplica en el deporte: hay que “creer en nosotros mismos, tenerle fe al proyecto y trabajarlo”. No hay de otra, sólo así se obtienen mejores beneficios. Siete es cabalístico, que gran temporada y qué bueno por todos. ¡Y a seguir sumando!
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