domingo, 27 de febrero de 2011

Sobre la actual disputa de Telmex con el duopolio Televisa-Tv Azteca

I. Introducción
Desde los tiempos en que gobernaba el Partido Revolucionario Institucional (PRI), los grupos económicos en México han ejercido presiones de todo tipo para obtener beneficios empresariales y expandir sus negocios, mientras que la mayoría de la población continua con grandes rezagos para satisfacer sus necesidades básicas.
En la actualidad, esta premisa no ha escapado para los consorcios Grupo Televisa Televisión Azteca y Teléfonos de México (Telmex), que a lo largo de los procesos políticos del México contemporáneo, también han sido actores fundamentales para influir en la vida democrática de nuestro país.
Según la revista Forbes, el año pasado la fortuna del hombre más rico del mundo y dueño de Telmex, Carlos Slim Helú, alcanzó los 53 mil 500 millones de dólares en el sector telecomunicaciones, mientras que Emilio Azcárraga Jean, propietario de la cadena de televisión más importante de habla hispana en el mundo, llegó a mil 500 millones de dólares.
En contraste, José Luis de la Cruz, director de Investigación de Economía y Negocios del Instituto Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, estimó que para 2011, la cantidad de habitantes en México, que no podrá comprar alimento por su nivel de pobreza, aumentará de los 23 millones a los 25.5 millones.
Una nota publicada de La Jornada reveló que varias dinastías de empresarios mexicanos deben sus fortunas al ex presidente Carlos Salinas de Gortari, sexenio en el que se privatizó a la gran mayoría de empresas públicas.
La nota menciona: “México, país en el que aproximadamente 40 por ciento de la población vive en pobreza, tiene 10 personas en la lista de multimillonarios de 2008 de la revista Forbes.
Los mexicanos que figuraron en dicha lista son: “Carlos Slim (Telmex), Alberto Bailleres (Grupo BAL), Germán Larrea (Grupo México), Ricardo Salinas Pliego (TV Azteca), Jerónimo Arango (ex propietario de Aurrerá, después adquirida por Wal Mart), Issac Saba (Grupo Casa Saba), Roberto Hernández (ex presidente de Banamex), Emilio Azcárraga Jean (Televisa), Alfredo Harp (ex accionista de Banamex) y Lorenzo Zambrano (Cemex)”.
La intención de este trabajo es describir la disputa que ha comenzado Telmex contra el duopolio TV Azteca y Televisa en el sector de las telecomunicaciones, importante en el plano político a casi menos de un año para el proceso electoral en el que se elegirá al próximo Presidente de la República en 2012, y porque en el plano económico les dejará millonarias ganancias para controlar de manera satisfactoria dicho mercado, en medio de la desigualdad que prevalece en la gran mayoría de la población.
Las reformas estructurales, aplicadas en los años ochenta y noventa en las administraciones del PRI, resultaron clave para que el poder “mediático” extendiera su dominio a la clase política. Ahora, dentro de la transición, la “mediocracia” pretende acrecentar su influencia bajo el amparo federal, la cual siguiendo intereses políticos y electorales, ha cedido terreno al capital privado, por encima de las urgentes necesidades que prevalecen en la sociedad mexicana, la cual no ha sido conciente de su papel para cambiar lo que tiene a su alcance.

II. Televisa, Televisión Azteca y Telmex en los sexenios del Partido Revolucionario Institucional y del Foxismo
La historia de Televisa inicia en 1930 cuando Emilio Azcárraga Vidaurreta realiza las primeras transmisiones de la estación de radio XEW. La página oficial del consorcio relata que en 1950 se le otorga a Rómulo O´Farril la primera concesión para un canal de televisión, con lo que XHTV Canal 4 se convierte en el primer canal de televisión de América Latina.
Entre 1950 y 1955, surgen los canales 2, 4, y 5 con Azcárraga Vidaurreta como presidente. Después de la muerte de su padre Emilio Azcárraga Milmo, tomó la presidencia de la compañía en 1972, y al año siguiente, "Telesistema Mexicano" y "Televisión Independiente de México" se fusionan para formar Televisa (Televisión vía satélite).
En 1997, Emilio Azcárraga Jean asumió la presidencia de Televisa. Actualmente está constituida por cuatro cadenas de televisión que comprenden 323 estaciones dentro de la República Mexicana; su programación es distribuida en México y en aproximadamente 90 países alrededor del mundo. ¿Pero cómo logró crecer este consorcio? Durante los gobierno del PRI, los creadores de Televisa quedaron en deuda con el presidente Miguel Alemán Valdés que a finales de su sexenio, decidió que el modelo para la televisión mexicana sería comercial.
El periodista del semanario Proceso, José Gil Olmos, explica que es en el sexenio de Alemán Valdés, donde se implanta el modelo de control de la prensa con insersiones pagadas (fotos, gacetillas), la venta de nota principal, los manifiestos, las concesiones a los dueños de los medios electrónicos y la publicidad oficial.
A grandes rasgos, Raúl Trejo Delarbre señala que posteriormente Azcárraga Vidaurreta fue favorecido por el presidente Adolfo Ruiz Cortines en 1955, al permitirle el surgimiento del monopolio televisivo en México y fusionar tres canales como Telesistema Mexicano.
Adolfo López Mateos le brindó las facilidades para explotar la red nacional de microondas y en 1960 auspició la Ley Federal de Radio y Televisión, la cual favoreció a los concesionarios privados.
Ya, en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, relata que este presidente estaba “a gusto con la alianza que mantenía con la familia propietaria de Televisa que en 1967 designó consejero suyo a Emilio Azcárraga”.
Según Trejo Delarbre, Luis Echeverría Álvarez entendió los riesgos que implicaba el poder desmedido de la televisión privada e intentó establecer un contrapeso con una televisión de propiedad estatal. Sin embargo, en 1972 aprobó la fusión de Telesistema Mexicano y Televisión Independiente (propietaria del canal 8) para crear Televisa.
Durante el auge petrolero del gobierno de José López Portillo se gastó “como nunca antes” en la compra de publicidad a Televisa. Emilio Azcárraga Milmo le enviaba regalos al Ejecutivo, entre ellos un Mercedes Benz blindado.
A Miguel de la Madrid, Televisa le debe la creación de un sistema de comunicaciones satelitales que fue ampliamente aprovechado por esa empresa, junto con la negativa de autorizar concesiones a empresas que pudieran competirle.
Con Carlos Salinas de Gortari, Televisa compró por 100 millones de dólares 62 concesiones con las que armó la cadena nacional de canal 9. “El nuevo dueño de Televisión Azteca (Raúl Salinas Pliego) había pagado seis veces y media más por las cadenas nacionales encabezadas por los canales 7 y 13”, indica el académico.
Delarbre relata que las relaciones de Televisa con Salinas resultaron tan fructuosas que el 23 de febrero de 1993, encabezó una cena para pedir a los más adinerados del país que apoyaran al PRI. Después de que cada banquero o empresario ofreció medio millón o un millón de dólares, “Azcárraga Milmo sorprendió a todos comprometiéndose a aportar 70 millones de dólares”.
A la muerte de Emilio Azcárraga Milmo, el presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, gestionó la operación financiera y política que le permitió a Emilio Azcárraga Jean quedarse con el control accionario de Televisa que era disputado por las familias Burillo y Cañedo.
La sumisión que tuvo el gobierno del presidente Vicente Fox respecto de Televisa, fue que accedió a promulgar en 2002 un Reglamento de la Ley de Radio y Televisión elaborado por esa empresa y el apadrinamiento en 2006 de la llamada Ley Televisa.
En resumen, detalla que cada uno de los presidentes mexicanos, desde hace seis décadas, respaldó o al menos permitió la expansión del poder económico y político de Televisa. El presidente Felipe Calderón, ha seguido la misma pauta como se detallará más adelante.
Televisión Azteca es la otra grande televisora que sacó provecho de administraciones pasadas. Es una organización que forma parte de la empresa Grupo Salinas y tuvo su origen en 1993 después de que se privatizara la cadena paraestatal Imevisión en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Se fundó el 18 de julio de 1993, después de permanecer más de veinte años bajo la administración del Estado. Los canales 7 y 13 pasaron a formar parte de capital privado, junto con sus repetidoras en la República y el canal 2 de Chihuahua.
Aunque Imevisión también poseía el canal 22 del Distrito Federal, éste no entró en el paquete de privatización por petición de intelectuales y fue entregado a la Comisión Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). En la competencia participaron cuatro sociedades empresariales. De ellas, resultó elegida la del empresario Ricardo Salinas Pliego.
Un escándalo para Salinas Pliego sobre la forma en como adquirió TV Azteca, resultó ser el rompimiento del expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León, con su antecesor Carlos Salinas de Gortari por el llamado Error de diciembre. Zedillo llevó a investigar a través de la Procuraduría General de la República (PGR), la situación financiera de su hermano, Raúl Salinas de Gortari.
El 3 de julio de 1996 La Jornada señalaba en su primera plana: "Fondos de Raúl Salinas en la compra de TV Azteca". En la nota referida, según las investigaciones por presunto enriquecimiento ilícito a Raúl Salinas de Gortari, concluyeron que Ricardo Salinas Pliego había utilizado 28 millones de dólares que el hermano del ex presidente le transfirió para adquirir en 1993 el paquete de medios que el Estado puso a la venta.
La entrada de Televisión Azteca como competencia comenzó un conflicto entre las dos televisoras para dar cuenta de las declaraciones ministeriales de Raúl Salinas.
En el sexenio de Fox, TV Azteca tomó por la fuerza las instalaciones de Canal 40, hecho histórico que fue conocido como el Chiquihuitazo. La madrugada del 27 de diciembre de 2002, un comando de guardias privados contratados por Televisión Azteca, tomaron las instalaciones de CNI-Canal 40 en el cerro del Chiquihuite, sacó del aire la señal en el valle de México e instaló la programación de Canal 13.
Televisión Azteca negó que hubiera sido un comando armado el que tomara CNI-Canal 40 y afirmó que la señal le pertenecía por haber comprado el 51 por ciento de la concesión. Acusó que ésta ya la había operado "ilegalmente" durante dos años; no obstante, Javier Moreno Valle aparecía como concesionario de la señal. Las autoridades de la secretarías de Comunicaciones y Transportes y de Gobernación no se pronunciaron al respecto aquel día y permitieron que un concesionario violara el marco constitucional para arreglar diferendos.
Luego, en enero de 2003, 234 trabajadores de Canal 40 rechazaron la oferta de contratación de Tv Azteca y días depués realizaron una marcha pacífica en el cerro del Chiquihuite para demandar la restitución de la señal. Cuando se le preguntó al presidente Vicente Fox su opinión sobre el conflicto, el mandatario respondió con una frase que quedó grabada en la mente de los mexicanos: "¿Y yo por qué?".
Aunque la frecuencia de Canal 40 volvió al aire en 2006 después de varios fallos legales en contra de Javier Moreno Valle; en febrero de 2007, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) negó un amparo a Moreno Valle, autorizando las transmisiones a Proyecto 40.
La huelga de CNI-Canal 40 del 19 de mayo de 2005, nunca concluyó pues el sindicato se dio por pagado de las prestaciones laborales deudadas por Televisora del Valle de México y no así por Corporación de Noticias e información, empresa cuyo accionista principal es Javier Moreno Valle, quien lo último que se supo es que se encontraba en Estados Unidos, para evitar su extradición a México para que respondiera por defraudación fiscal.
En el caso de Telmex, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari decidió en diciembre de 1990 comenzar un proceso de privatización de empresas paraestatales. En su historia, Telmex se fundó en 1947 durante el sexenio de Miguel Alemán Valdés, quien fusionó a las empresas Ericsson en México y a la International Telephone and Telegraph Company, una empresa al servicio del Estado.
En la puja para privatizarla, se presentaron inversionistas nacionales e internacionales, resultando ganador el consorcio de Carlos Slim, France Télécom y SBC Communications entre otros pequeños inversionistas, el cual se apoderó del 53 por ciento y al ser el accionista mayoritario, compró un restante dejando al fundador con el 31 por ciento de las acciones.
Apoyado con capitales franceses y norteamericanos, la empresas valía en ese entonces 3 mil 900 millones de dólares y dejaba ganancias de mil 100 millones de dólares. Al final la adquirieron con sólo 400 millones de dólares. Para recuperar la inversión a Telmex sólo le bastaba esperar tres años manteniendo las mismas tarifas.
Sin embargo, explica Gilberto Calderón Ortiz, profesor del departamento de Administración de la Universidad Autónoma de México, plantel Azcapozalco, que Carlos Slim “no quiso esperar tanto tiempo y optó por elevar significativamente el costo del servicio en proporción tal, que no sólo protestó el ciudadano común, sino que esta vez también se sumó la burguesía”.
Antes, Salinas de Gortari ya había negociado con el líder telefonista, Francisco Hernández Juárez, respecto a la reestructuración de la empresa. En 1989 el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana y Telmex, firmaron un acuerdo para modernizarla. El gremio aceptaba la privatización a cambio de conservar un gran número de prestaciones contractuales.
Ya en el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León, Telmex siguió siendo beneficiada. En enero de 1997 se permitió la competencia en el servicio de larga distancia, pero los competidores Avantel y Alestra, participadas respectivamente por las estadounidenses AT&T y World-Com, acusaron que Telmex actuaba como monopolio desde hace tres años.
En ese entonces las dos compañías telefónicas pagaban a Telmex tarifas de interconexión y se comprometieron a pagar 70 millones de dólares y 67 millones de dólares, a cambio de un abaratamiento de las tarifas y otras concesiones que ya controlaba la compañía mexicana.
José Luis Tejeda en su libro La transición y el pantano. Poder política y elecciones en el México actual, enfatiza que durante el gobierno de Vicente Fox, Carlos Slim empresario impulsado durante el salinismo y accionista principal de Telmex, se opuso a la política de globalización, afirmando que estaba en marcha una política adversa a todo lo nacional.
En el libro, Tejeda rescata una declaración del empresario hecha al diario La Jornada en junio de 2001: “El zedillismo y el foxismo llevan hasta el fondo el proceso de integración de México a la economía internacional, aunque esto vaya en detrimento de la soberanía nacional”.
Judith Álamo López, periodista de la revista Contralínea en su artículo El Acuerdo de Chapultepec defiende a los mercaderes cuestiona el poder político que ya había alcanzado Slim Helú al pretender “arrogarse el liderazgo de la sociedad civil, junto con un puñado de organismos empresariales, un grupo de intelectuales, dirigentes sindicales, periodistas y artistas para definir el rumbo del país”.
En el texto enuncia que Acuerdo de Chapultepec promovido por Slim Helú en el foxismo –el hombre más rico de América Latina, y el tercero a nivel mundial en aquella época–, resultó ser un acuerdo para imponer a los candidatos presidenciales y que según Javier García Aguilar, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, firmaron el PRI y el PAN para representar un programa en beneficio de la elite nacional.
Para 2006, el historiador Jesús Delgado Guerrero en otro artículo titulado Carlos Slim: procacidad monopólica, hace una critica a Telmex y afirma “que si concentrar 94 por ciento de la telefonía fija y 80 por ciento de la telefonía móvil en el país no es monopolio, habrá que comenzar a buscar nuevas definiciones”.

III. La libertad de expresión y la publicidad oficial en México en tiempos de la alternancia
Jesús Gil Olmos, periodista del semanario Proceso, ofrece un panorama de lo que ha resultado la alternancia en cuanto a publicidad oficial y libertad de expresión se refiere. Olmos concluye que el sexenio de Fox resultó significativo porque luego de sacar del poder al PRI, es en este periodo cuando las empresas informativas vendieron sus espacios al mejor postor, y se fortalecieron como grupos de poder fácticos.
A partir de sus contenidos, los medios electrónicos de comunicación aprovecharon el alcance de sus contenidos para hablar a favor o en contra de los partidos o de algún personaje político.
En ese contexto, se creó el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) con el fin de que la ciudadanía tuviera acceso a la información del gobierno y se fomentara la transparencia de los recursos, de las obras, de los recursos y proyectos, a nivel federal, estatal y municipal.
Las notas surgidas de los medios electrónicos buscaron un modelo en el que el escándalo vendió mejor que la noticia, a la par que las empresas televisivas posicionaron sus intereses por encima de los nacionales creando su propia agenda. Ejemplos: los casos de corrupción de René Bejarano, el desafuero de Andrés Manuel López Obrador, el video del Niño Verde, las apuestas de René Ponce en Las Vegas, entre otras.
Con la llegada de Felipe Calderón, los medios de comunicación siguieron disputando los contratos de publicidad y a decir de Gil Olmos se consolidan los grupos de derecha.
En principio, arguye, los medios electrónicos buscaron no difundir casos de pederastía del fundador de los Legionarios de Cristo Marcial Maciel o del gobernador de Puebla Mario Marín y el empresario textilero Jean Succar Kuri. Toman relevancia temas como los derechos humanos y la lucha contra el narco. También existe un claro interés de Televisa y TV Azteca en colocar diputados en el Poder Legislativo para legislar en su favor de sus intereses.
Al principio de sexenio, se dan dos casos de censura con Carmen Aristegui en W Radio y José Gutiérrez Vivo en radio Red.
En recientes fechas, los ataques de Televisa al periódico Reforma por la publicidad que en sus páginas fomenta la trata de personas. Días antes, Reforma había dado cobertura a la licitación 21, la cual favorecía a Televisa al pagar sólo 180 millones de pesos al gobierno federal por para brindar el llamado triple play: televisión (abierta y de paga), telefonía e Internet.
Otro conflicto de intereses se repitió con Aristegui en MVS por la incómoda pregunta que efectuó al auditorio de si el Presidente Calderón tenía algún problema de salud.

IV. El decretazo de Vicente Fox
El 10 de octubre de 2002, el presidente Vicente Fox, hizo negociaciones a puerta cerrada con Televisa y TV Azteca, para abrogar el Reglamento de la Ley Federal de Radio y Televisión por la cual el gobierno disponía de un 12.5 por ciento del tiempo de transmisión.
Por la disminución del tiempo fiscal del 12.5 por ciento al 1.25 por ciento, el Estado dejó de percibir casi 30 mil millones de pesos durante el sexenio de Vicente Fox. Por otro lado Televisa había sido el principal destinatario de la publicidad institucional del gobierno, al recibir en promedio el 15.39 por ciento del total del presupuesto de publicidad, frente al 2.47 por ciento que recibieron los medios públicos.
En su artículo ¿Cuánto costó el decretazo de 2002?, Raúl Trejo Delarbre, hizo un análisis sobre lo que el Estado perdió en los espacios de transmisión en televisión y radio: un total de 45 mil 61 horas 55 minutos y 40 segundos, en detrimento varias secretarías para difundir programas y acciones, un acuerdo presidencial que se había firmado el 1 de julio de 1969 y quedaba sin efecto. 22
En su opinión criticó: “Al presidente Fox nunca le gustó el tiempo fiscal en los medios electrónicos. No lo entendía cuando llegó a la presidencia de la República. No sabía como usarlo. Muy pronto hizo suyos los argumentos de los empresarios de la radio y la televisión”.
En el periódico Reforma del 7 de enero de 2001 Vicente Fox declaraba: “Yo ni tengo la obligación de consumir el 12.5 por ciento total, es una propuesta de disponibilidad de tiempo que está ahí, pero yo puedo usar tiempos comerciales, en tiempos triple A de otra manera”.
El llamado Decretazo significó la abdicación del Estado de casi dos horas y media diarias del espacio al que tenía derecho en cada televisora y radiodifusora. A la fecha, indico, el gobierno federal nunca explicó con claridad cómo definía el llamado tiempo fiscal.
Apuntó en su artículo que el gobierno federal consideraba que no había perdido casi nada con las reformas del 10 de octubre y en cambio, si había afianzado el aprecio de los principales dueños de la televisión y la radio.
“Tenemos un gobierno voluntariamente disminuido ante grupos empresariales que imponen la formalización y el empeoramiento de situaciones de hecho de las que ya se beneficiaban”, concluyó Delarbre.

V. La Ley Televisa
Un capitulo aparte resulta ser la llamada Ley Televisa. El 31 de marzo de 2006, el periódico La Jornada desplegaba su nota de ocho planas: El Congreso se echó en brazos de la televisión. En aquella sesión, la reportera Andrea Becerril narró: “En una sesión en que se acallaron voces de legisladores panistas para que no respondieran a Diego Fernández de Cevallos, y en la que el priísta Manuel Bartlett Díaz estuvo a punto de ser golpeado por uno de sus compañeros de bancada, con 81 votos a favor, 40 en contra y dos abstenciones, el Senado de la República aprobó anoche la Ley Televisa y la turnó al presidente Vicente Fox para su promulgación”. 23
Javier Corral Jurado, senador del Partido de Acción Nacional (PAN), acusó que las reformas a la Ley Federal de Radio y Televisión (LFRT) y Ley Federal de Telecomunicaciones (LFT), facilitaban al consorcio televisivo ganancias por más de 50 millones de dólares anuales. El legislador apuntaba días antes que la pérdida económica para el Estado mexicano por beneficiar a Televisa con el uso prácticamente gratuito del espectro radioeléctrico nacional equivalía a más de mil millones de dólares.

Corral enumeraba varios beneficios al crear un régimen especial y privilegiado para Televisa, quien para ese entonces ya detentaba el 62 por ciento del espectro de televisión comercial.
A grandes rasgos, que los concesionarios de televisión pudieran acceder a los servicios de telecomunicaciones (Internet, telefonía celular) sin mayores requisitos; refrendos automáticos por 20 años sin revisar el cumplimiento de la concesión; dificultar la entrada de nuevos competidores; la entrega de un canal digital por cada canal analógico; la supuesta intención de Televisa por nombrar a los miembros de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), órgano regulador de la industria.
Raúl Trejo Delarbre cuenta en su artículo El monopolio monocromático, publicado en la revista Nexos, cómo casi al final del sexenio de Vicente Fox, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), echó para atrás la llamada Ley Televisa.
El 5 de junio de 2007, los nueve ministros de la SCJN abrogaron los artículos más importantes de esas reformas a la LFRT y a la LFT, aprobadas por el Senado en marzo de 2006. El recurso de inconstitucionalidad presentado por Javier Corral y otros 46 senadores daba frutos.
En respuesta, Televisa informaba en sus noticieros que un juez en Chihuahua había condenado a Javier Corral a pagar varios anuncios de campaña difundidos tres años antes, cuando era candidato a gobernar ese estado.
En su artículo Delarbre relató: “No dijeron que el comité estatal del PAN no había pagado esos anuncios porque Televisa-Chihuahua se negaba a entregar la factura correspondiente. Televisión Azteca lo acusó porque había suscrito una iniciativa que proponía para las telecomunicaciones un organismo similar al que ahora objetaba en las impugnaciones a la Ley Televisa. Esas propuestas no eran similares pero lo que buscaban Azteca y otros medios era presentar a Corral como inconsecuente. Cuando solicitó espacio para aclarar esas inexactitudes, Azteca se burló del ex senador”.

VI. ¿Quién era Televisa en los inicios del Calderonato?
El periodista Jenaro Villamil explicó en la revista Zócalo que en diciembre de 2006 cuando inició el sexenio de Felipe Calderón, Televisa era un monopolio de televisión abierta, con el control del 65 por ciento de las concesiones, el 70 por ciento de las audiencias y el 75 por ciento de la publicidad política y comercial, con un amplio dominio en la producción y comercialización audiovisual.
Además sus dos compañías de televisión de paga: Cablevisión y Sky se convirtieron en las filiales de mayor crecimiento del grupo con un dominio en el mercado del 35 y 90 por ciento respectivamente. Villamil refería Televisa dio un paso firme para convertirse en un poderoso conglomerado de telecomunicaciones, rivalizando con Telmex y Grupo Salinas.
Refirió que en agosto de 2007, la empresa de Azcárraga Jean había adquirido por 325 millones de dólares el control accionario de la empresa telefónica Bestel. En febrero de 2010 anunció que podría adquirir hasta el 40 por ciento de las acciones de Nextel México por mil 600 millones de dólares, además de una alianza corporativa con la española Telefónica Movistar para ganar la licitación del primer par de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En su artículo detalló que las dos licitaciones en curso de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes 1.7 y 1.9 Ghz de telefonía y las del primer par de fibra oscura de la CFE, continúan siendo las más importantes del sexenio calderonista, en las cuáles la dupla Nextel-Televisa había aparecido como finalista del concurso.
A decir de Villamil, se trata de la licitación para ofrecer los servicios de cuádruple play o de telefonía móvil con banda ancha, además del millonario contrato de dos mil 800 millones de pesos con el Instituto de Servicios de Seguridad Social para los Trabajadores del Estado otorgado a Bestel, empresa de donde es accionista Televisa.
El sexenio de Televisa, libro de Jenaro Villamil, nos ofrece un parámetro sobre cómo el consorcio televisivo de Azcárra Jean le apostó a dos propuestas en la transición: “Dejar de ser un soldado del presidente, de tal manera que los políticos de todos los partidos se volvieran sus propios soldados y trasladar su condición de monopolio televisivo a la de gran corporativo de telecomunicaciones, dominante en la nueva era de la digitalización y del triple play. El final del modelo de televisión analógica y la transición hacia una televisión digital, con opciones de convergencia tecnológica en las telecomunicaciones”.

VII. Iniciativa México
Según su página en Internet, Iniciativa México (IM) en el año 2010 fue una convocatoria sin precedente en el marco del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana. “Un proyecto nacional que busca rescatar al México dinámico y emprendedor, así como reconocer y exaltar los esfuerzos de las personas que con sus iniciativas, trabajan por el México que todos queremos”.
Dirigida a personas, instituciones y organizaciones que han comenzado a transformar el país, para que presenten sus proyectos de acción social o ecológica que ya están haciendo una diferencia positiva en su entorno”.
Se dijo que a las mejores iniciativas se les reconocería y recibirían cursos de capacitación y profesionalización además de apoyos económicos para continuar su labor por México.
Iniciativa México fue respaldada por un consejo técnico integrado por “mexicanos reconocidos por su compromiso con el país”. Este órgano fue responsable de establecer las normas y supervisar la convocatoria, de principio a fin, para que cualquier persona, organización o institución presente proyectos de acción social o ecológica.
El año pasado el consejo técnico fue conformado por: Emilio Azcárraga Jean, presidente de Televisa; Ricardo Salinas Pliego, presidente de TV Azteca; José Narro Robles, rector de la UNAM; Yoloxóchitl Bustamante Diez, directora General del IPN; Rafael Rangel Sostmann, rector del ITESM; Juan Ramón de la Fuente, presidente de la Asociación Internacional de Universidades; Héctor Aguilar Camín, director general de la revista Nexos; Federico Reyes Heroles, presidente del Consejo Rector de Transparencia Mexicana; Homero Aridjis, escritor y poeta; Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM; Alejandro Ramírez Magaña, director general de Cinépolis; Armando Laborde de la Peña, director de Ashoka México; Lorena Vázquez Ordaz, directora general de The Hunger Project México; Rodrigo Villar Esquivel, director general de New Ventures México.
En tanto, el consejo consultivo de IM estuvo conformado por los presidentes y directores generales de las empresas de medios de comunicación más importantes del país, con la finalidad de que sea “un proyecto lo más incluyente posible”.
El consejo consultivo se formó con: Luis Carlos Astiazarán, UNIRADIO; Rogerio Azcárraga Madero, Grupo Radio Fórmula; Miguel Ángel Bracamontes, Grupo Braca Comunicaciones; Antonio Gallegos González, Asociación de Radio Independiente de México/Radio Rey; Enrique Gómez Orózco, AM Guanajuato; Mauricio Huesca Bustamante, NRM Comunicaciones; Francisco Ibarra López, Grupo ACIR; Sara Laris, Cadena Rasa; Luis Maccise, Grupo Radiofusoras Capital; Enrique Pereda, Radiocima; Javier Pérez de Anda, Radiorama; Carlos Quiñones Armendáriz, Radio SA.
También Emilio Azcárraga Jean, Televisa; Francisco A. González, Grupo Multimedios; Francisco D. González, Milenio; Alejandro García Gamboa, Grupo SIPSE; Antonio Grajales Farías, Grupo ORO; Rodolfo Madero, Grupo Alerta; Roberto Mondragón, TV Nayarit; Ricardo Salinas Pliego, TV Azteca; Karen Sánchez Abbott, Consejo Directivo de la CIRT; Javier Sánchez Campuzano, Grupo 7; Fernando Sariñana, Canal Once; Olegario Vázquez Aldir, Grupo Imagen; Jorge Volpi, Canal 22; Mario Vázquez Raña, Organización Editorial Mexicana-ABC Radio.
Y finalmente Rogelio Cárdenas Estandia, El Financiero; Juan Francisco Ealy Ortiz, El Universal; Ricardo Estrada González, La Unión de Morelos; Gerardo García Gamboa, Novedades; Antonio González- Karg de Juambelz, El Siglo de Torreón; Juan Fernando Healy, Periódicos Healy; Pablo Hiriart, La Razón; Enrique Irazoqui Morales, El Siglo de Torreón; Jorge Nacer Gobera, El Economista.
Iniciativa México en 2010 tuvo 47 mil 049 iniciativas registradas y en agosto del año pasado entregaron el resultado de las 20 iniciativas ganadoras finalistas de las que sólo cinco que accedieron al apoyo económico.
Para Raúl Trejo Delarbre Iniciativa México fue difundida como campaña filantrópica, pero en realidad representó un negocio político y financiero, en el que el más beneficiado fue Televisa. La fructuosa relación de ésta con el gobierno federal, que le ha otorgado jugosas concesiones y la oportunidad de expandirse más allá de la radiodifusión, fortalecer su poderío financiero e incrementar sus audiencias.
Es también, un discurso ideológico, donde el duopolio (Televisa y Televisión Azteca) intenta erigirse como representante de la sociedad para recuperar su credibilidad. Forman parte de la sociedad, pero no la representan, ni siquiera por las tres docenas de empresas periodísticas y de radiodifusión que se sumaron al proyecto, refirió.
“El esfuerzo individual más allá de las acciones colectivas, la caridad como sustituto de la solidaridad, el desprecio a la clase política considerada como prescindible y corrupta, la suposición de que las organizaciones empresariales pueden desplazar al Estado en algunas de sus funciones sustantivas y el afianzamiento de los medios de comunicación privados en el centro del escenario público mexicano”.
Trejo Delarbre consideró a IM como un “Teletón” sin reglas claras para el proceso de selección de candidatos. Su afirmación se sustenta cuando en la página de IM el criterio que seguirán para decidir un proyecto será la recolección de “corazones” en donde la ciudadanía votará vía Internet. Aunque existe una advertencia que enunciaba que la selección de los 20 proyectos finalistas es independiente del número de corazones recibidos.
Para Iniciativa México, el participante debe ir más allá de sus responsabilidades ciudadanas, laborales o profesionales; el proyecto debe integrar recursos y esfuerzos externos; debe tener impacto social y haber generado soluciones concretas y de fondo a un problema en particular; debe ser innovador y resolver algún problema desde una perspectiva diferente a las tradicionales, de preferencia utilizando nuevas tecnologías; y debe ser sostenible y tener un plan para asegurar apoyo financiero y continuidad.
Trejo Delarbre reprochó que el pasado 8 de junio, un día después a la ceremonia de presentación de IM, el presidente Felipe Calderón haya elogiado el proyecto y que el doctor José Narro Robles, formara parte del consejo técnico.
Asimismo, precisó que cuatro proyectos recibirían un millón de pesos cada uno y para el primer lugar habría dos millones de pesos, “cantidades que difícilmente son suficientes para impulsar proyectos sociales extensos y durareros y que para las televisoras son unas minucias”.
Como ejemplo mencionó que Televisa cobra 794 mil 500 pesos por un anuncio de 20 segundos entre las 21 y 22 horas de lunes a viernes, es decir, “con menos de un minuto de publicidad, Televisa recupera el gasto al premio ganador de IM. El espacio de 20 segundos en el canal 2 vale 454 mil 600 pesos entre 9 y 10 de la noche y será los domingos cuando las televisoras difundan los avances de selección de IM”.
En el artículo agregó: “No serán pocos los espacios de un minuto, facturados a un millón 63 mil pesos, que Televisa coloque entre sus anunciantes con motivo de esos programas especiales”, todo un negocio.

VIII. La controvertida licitación 21
El especialista del Instituto Autónomo de México (ITAM), Ramiro Tovar Landa, afirmó que Televisa y Nextel pagarían apenas 16.5 por ciento del valor del espectro que buscan adjudicarse para dar servicios de telecomunicaciones móviles, Internet y banda ancha, a un precio mínimo, como ocurrió con Televisa, Telefónica y Megacable en la licitación del par de hilos de fibra oscura de la Comisión Federal de Electricidad.
La entrevista realizada por Miriam Posada del periódico La Jornada a Tovar Landa destacaba que el interés de la alianza Televisa-Nextel en la subasta de espectro se concentra en un bloque de 30 megahercios (Mhz) en la frecuencia de 1.7 Gigahercios (Ghz), por el que la oferta máxima que se ha mantenido en 31 subastas es de 180 millones 300 mil pesos.
Landa calculó que conseguir un bloque de 30 Mhz en la región 9 del país –la de mayor demanda en servicios de telecomunicaciones debido a que abarca al Distrito Federal, estado de México, Morelos e Hidalgo–, costaría a valores actuales mil 93 millones de pesos, cifra que contrasta con los 180 millones 300 mil pesos que han sido la máxima oferta hasta el momento.
Landa explicó que la Cofetel comenzó a comienzos de junio del año pasado, la subasta de 120 Mhz de espectro en las bandas de 1.7 y 1.9 Ghz, bien público que las empresas de telecomunicaciones que operan en el país requieren para poder ofrecer el triple play (telefonía móvil, Internet, banda ancha) y el cuádruple play (telefonía fija, telefonía móvil, Internet y televisión de paga).
En esta licitación, expuso, se ha caracterizado por la inconformidad de los participantes que han presentado por lo menos 40 solicitudes de amparo contra las bases del concurso, entre ellas Grupo Salinas.
Por su parte, Raúl Trejo Delarbre, acusó que se trata de un obsequio “impúdico pero también ilegal”, que el gobierno federal le haría a la empresa de Azcárraga Jean y Nextel. Si el uso de ese tramo de 30 MHz fuera adjudicado de acuerdo con el precio que ha establecido el mercado, Televisa y Nextel tendrían que pagar 5 mil 68 millones de pesos y no los 180 millones de pesos.
En otras palabras, aseguró, Televisa y Nextel pagarían una cantidad 28 veces menor a la que pagarían otras empresas por fracciones idénticas de espectro radioeléctrico.
En lo que se refiere a la licitación para utilizar el par de hilos de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Trejo Delarbre relató que en junio pasado, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) le adjudicó ésta al grupo de Televisa, Telefónica y Megacable, la infraestructura que les permitirá ofrecer servicios de banda ancha.
Sin embargo, subrayó, la SCT pudo haber establecido condiciones para que los ganadores de esa licitación estuvieran comprometidos a ofrecer servicios de mayor calidad y tarifas menores. “Esa licitación se resolvió a partir de una subasta económica en donde el único postor que compitió con posibilidades de ganar era ese grupo empresarial”.
El 12 de agosto del año pasado, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión pidió al presidente Felipe Calderón declarar desierta la licitación 21, porque favorece a Televisa y Nextel al otorgar frecuencias radioléctricas para servicios de telecomunicaciones, con el pago de apenas 180 millones de pesos, lo que representa un severo daño patrimonial para el Estado mexicano. 32
“El exhorto se acordó después de una ríspida discusión de casi tres horas, en la que el autor de la propuesta, el diputado del PAN, Javier Corral Jurado, respondió al priísta César Augusto Santiago, que está dispuesto a firmar la solicitud de juicio político al secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, en caso de que se entreguen a Televisa las frecuencias licitadas.
Algunos legisladores del PRI en esa sesión se opusieron inicialmente a la aprobación de ese punto de acuerdo porque “los exhortos de la Permanente a Calderón son llamados a misa”.

IX. La Comisión Federal de Telecomunicaciones y el nombramiento de Mony de Swaan
En el contexto de la entrega de las citadas licitaciones otorgadas a Televisa, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, presentó por encargo del presidente Felipe Calderón a Mony de Swaan Addati como nuevo miembro de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), en sustitución de Héctor Osuna Jaime. Según los especialistas consultados por Miriam Posada del diario La Jornada, el nombramiento representó "una intromisión" del Ejecutivo en la autonomía de la Cofetel, además de que el nuevo comisionado no cumplía con los requisitos que marca la Ley Federal de Telecomunicaciones.
Por lo anterior, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión aprobó un punto de acuerdo propuesto por PRI, PRD, PVEM y PT para presentar una controversia constitucional en contra de los actos del Ejecutivo por la designación de Mony de Swaan como comisionado, por considerar que no tiene la experiencia ni los conocimientos para ocupar el cargo.
Al debate sobre su nombramiento, opinó el coordinador del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones y dijo que de Swaan desalentaría la inversión en las telecomunicaciones, las cuales exigen transparencia y neutralidad en los órganos reguladores; además de soslayar el bienestar del consumidor y el potencial de crecimiento de ese sector.
Lo anterior lo expresó luego de que la Cofetel favoreció a Televisa en los procesos de licitación y consideró que es una “imposición por parte del Ejecutivo, de sus deseos para que este órgano regulador, que debería ser del Estado mexicano, se convierta en un órgano de control político del gobierno en turno”.
Durante la comparecencia para explicar dicha elección, el secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Juan Molinar Horcasitas, insistió ante legisladores que Mony de Swaan cumple con lo señalado por la ley para fungir como presidente de la Cofetel.
Incluso, el pasado 10 de agosto, él mismo se defendió en su cuenta de Twitter @Mony_de_Swaan y dio a conocer su currículum en el que refiere la maestría en Gobierno Comparado de la London School of Economics y la licenciatura en Relaciones Internacionales por El Colegio de México.
El especialista Jorge Bravo considera que la salida de Héctor Osuna Jaime como presidente de la Cofetel se debió a que éste entregó las grabaciones comprometedoras que exhibieron al ex secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, quien expresó en dichas cintas que el ex presidente Carlos Salinas se había robado la mitad de la partida secreta.
En la revista Zócalo del mes de agosto, Bravo dijo que en el caso de Osuna Jaime ya habían pesado los señalamientos de beneficiar a Televisa gracias a su impulso desde el Senado en marzo de 2006 con la llamada Ley Televisa.
Por su parte, especialistas de la Asociación de Mexicana de Derecho a la Información (Amedi), consideraron que la elección cristaliza la toma de control del órgano regulador por la SCT y el presidente Felipe Calderón con fines electorales, en contra del desarrollo de las telecomunicaciones en México y de los 107 millones de mexicanos que usan esos servicios.

IX. Carlos Slim y Emilio Azcárraga Jean: de socios a enemigos. El alejamiento del Presidente Felipe Calderón con Carlos Slim por su afinidad con Andres Manuel López Obrador
Raul Trejo Delarbre, en su artículo La nueva alfombra mágica, narró la relación existente entre Telmex y Televisa a partir de una decisión tomada en 1995 por el gobierno federal, para autorizar la fusión de Telmex con una subsidiaria de Televisa para diversificar la conducción de señales por cable.
Ambas empresas se dedicaban a ramos distintos: Teléfonos de México a las telecomunicaciones y Televisa a la televisión. La diversificación tecnológica los emparentó en algunas de sus tareas.
A decir de Delarbre, Cablevisión (subsidiaria de Televisa), tendió redes de cable en las principales zonas urbanas del país para ofrecer el servicio de televisión de paga. A su vez, Teléfonos de México desplegó redes también de cable, con tecnología de fibra óptica, inicialmente con el propósito de mejorar la transmisión telefónica.
Así, el 20 de junio de 1995, la Comisión Federal de Competencia (CFC), organismo gubernamental creado poco antes para evitar la creación de monopolios, autorizó la venta a Teléfonos de México, del 49 por ciento de las acciones de Cablevisión.
En su artículo, el investigador detalló que tal operación significó la alianza de las dos grandes empresas de comunicaciones -hasta entonces cada una en áreas diferenciadas- que hay en este país y se estimó que significaría una inversión de 211 millones de dólares.
Para explicar la decisión, la SCT argumentó que la compra de casi la mitad de las acciones de Cablevisión no implicaba que Telmex se fuese a dedicar al manejo de las señales de televisión abierta, porque requeriría de una autorización adicional.
La operación se limitaba a las conducciones de señales de televisión restringida, de tal suerte que las empresas que transmiten por televisión abierta no debían considerarse afectadas.
Explicaba el diario La Jornada: "Con la adquisición de un 49 por ciento no puede considerarse que Telmex esté en posición de explotar la empresa y los servicios que presta, ya que no tiene el control corporativo". Las críticas, dice Delarbre, abundaron por tratarse de empresas poderosas que permitía suponer que sería el inicio de una alianza que multiplicaría la presencia tecnológica, comunicacional y política que Telmex y Televisa habían tenido, por separado, en la vida mexicana.
El hecho de que apenas iniciado el gobierno de Ernesto Zedillo se aprobara una fusión que afectaría a otras empresas, llegó a verse como muestra de favoritismo o sumisión a dos influyentes compañías. Los primeros afectados, los otros negocios que comenzaron a incursionar en la transmisión de señales de televisión restringida, como Multivisión, que desde comienzos de la década consolidó un pequeño mercado a través de un sistema de transmisión de señales codificadas por vía aérea.
En su columna Estrictamente Personal del diario El Universal, Raymundo Rivapalacio ofreció un panorama sobre el juego político de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, quien “ha estado cerca del PRD durante varios años, ayudando en sus campañas y mostrando cercanía con el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, quien le abrió las puertas del Centro Histórico de la ciudad de México para su negocio de bienes raíces”.
Rivapalacio llegó a la conclusión que en lo que va del sexenio, Slim no ha sido cercano al presidente Felipe Calderón, el cual ha preferido acercarse a Televisa para legitimarse en el poder, lo que coincide con “los obstáculos que ha tenido Telmex para entrar al triple play, que es lo que menos quiere la empresa que preside Emilio Azcárraga”.

IX. El conflicto existente entre Televisa, Televisión y Telmex en el ramo de las telecomunicaciones y su importancia en el proceso electoral en México de 2012
El pasado 19 de febrero Telmex, Telcel, Sanborn’s y filiales del Grupo Financiero Inbursa, propiedad de Slim Helú, dejaron de anunciarse en las estaciones de Televisa.
Ambos aseguraron que “se trata de una diferencia económica en torno a tarifas publicitarias. Sin embargo, los mercados accionarios de México y Nueva York, en los que cotizan las acciones de las dos compañías, no reflejaron en lo inmediato algún efecto de la disputa. Los títulos de Televisa que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) cerraron con una ganancia de 2.37 por ciento. Los de Telmex repuntaron 2.46 y los de América Móvil, la compañía de telefonía celular de Slim, avanzaron 0.96” 42.
La decisión escaló por la disputa que existen en los ramos de las telecomunicaciones y de televisión, altamente redituable en términos económicos y de poder político.
Para Ernesto Piedras, director de The Competitive Intelligence Unit, el retiro de publicidad a Televisa por empresas de Grupo Carso y Telmex, "es la primera colisión de muchas que habrán de darse en la reconfiguración del ecosistema competitivo de las telecomunicaciones y la radiodifusión en México", en el intento por ganar los servicios de última generación de ese mercado que, inevitablemente, está ligado al calendario político del país.
Por su parte, el director de Mediatelecom, Jorge Fernando Negrete, aseguró que la SCT y la Cofetel siguen sin ser autoridad y quedan como testigos mudos del desastre que han generado en telecomunicaciones, “con consecuencias como la falta de inversión y de generación de empleos, y el incumplimiento efectivo del derecho a la información que tienen los mexicanos”.
En la nota firmada por Miriam Posada en el periódico La Jornada, fuentes cercanas al rompimiento informaron que Televisa impuso un incremento de 20 por ciento a los espacios publicitarios que Grupo Carso venía contratando para Telcel, Telmex, Sanborns e Inbursa, la mayoría de los cuales se transmitían en horarios estelares, lo que representaría alrededor de 100 millones de pesos extras.
En el transcurso de las semanas sigueintes, Grupo Televisa, Telmex y Grupo Salinas, estarán al pendiente con dos asuntos a definir por la Cofetel y que resultarán difíciles, dados los intereses de cada grupo. Uno es el modelo de costos de tarifas de interconexión. La Cofetel propone reducirla a 42 centavos por minuto contra 95 centavos pactados entre Telmex, Telefónica y Telcel. El otro, corresponde al Plan Técnico Fundamental de Calidad de las Redes del Servicio Local Móvil, que deberá obligar a los operadores a ofrecer servicios sin falla, interferencia, atención al público y cobertura.
Según el presidente de la Cofetel, Mony De Swaan, este plan estará listo en dos semanas. Por ello, es deseable que llegue a buen término ya que “podría representar el de mayor conflicto para el regulador, ya que tradicionalmente las tarifas de interconexión han sido uno de lo mayores motivos de enfrentamiento entre operadores, por considerar que los montos están arriba del estándar internacional”.
Pero, ¿por qué el Carlos Slim tomó tal decisión? El consorcio estadunidense Citi, controlador de Banamex, estimó que la decisión de Slim de no contratar en Televisa espacios de publicidad para sus compañías puede una estrategia para "adquirir y lanzar" una tercera cadena de televisión en este mismo año.
El 21 de febrero pasado se supo que el Senado de la República trabaja en una iniciativa elaborada por el legislador perredista Carlos Sotelo García, la cual plantea eliminar la restricción para que Telmex incluya servicios de video en los paquetes que ofrece al público.
Cinco días después, Carlos Slim también decidió dejar de anunciar sus compañías en Televisión Azteca, después de retirar sus campañas publicitarias de Televisa en rechazo al incremento en las tarifas publicitarias. 46
Grupo Carso, controlado por Slim, tomó dicha decisión debido a que la televisora del Ajusco condicionó la firma del contrato publicitario a que Telcel y Telmex redujeran las tarifas que cobran por el uso de su red a Iusacell y Unefon, dos empresas de telefonía móvil de Grupo Salinas, del cual es dueño el empresario Ricardo Salinas Pliego.
En un comunicado TV Azteca consideró: "Estaríamos encantados de que Telcel tuviera una tarifa de interconexión justa y a precios de mercado. La interconexión de Telcel es discriminatoria y depredatoria y protege su monopolio".
Luego, Grupo Salinas rechazó haber condicionado la contratación de anuncios publicitarios para las empresas de Carlos Slim a una reducción en las tarifas de interconexión entre las compañías de telefonía celular.

X. Regulación de concesiones y otorgamiento de la publicidad publicidad
A lo largo de la historia, los políticos mexicanos han condicionado la entrega de concesiones, licitaciones para premiar o castigar a los consorcios. Tal situación repercute en los contenidos que, en menor o en mayor medida coartan la libertad de expresión que debe prevalecer en sistemas democráticos de gobierno.
El conflicto entre el duopolio Televisa TV Azteca con Teléfonos de México es sólo un ejemplo sobre cómo la democracia se ve afectada en beneficio de los grupos empresariales. En este caso en particular, su origen sucede por la entrada de Telmex al negocio de la televisión y el interés de Televisa para ofrecer el servicio de telefonía.
Por ello, resulta necesario que tanto Cofetel como la SCT, dictaminen mecanismos para abrir a más competidores el mercado de las telecomunicaciones (telefonía fija y móvil, servicios de Internet, televisión abierta y de paga, reestructurar la manera en cómo se financian estos consorcios, vigilar los servicios que ofrecen en beneficio de los ciudadanos.
El panorama es el siguiente: Televisa ofrece televisión abierta, de paga, telefonía fija e Internet, pero no telefonía móvil. Tv Azteca tiene televisión abierta, telefonía fija e Internet y telefonía móvil y Telmex-Telcel, domina la telefonía fija y móvil e Internet, pero no ha podido ingresar al mercado de la televisión abierta y de paga.
No obstante, Telmex tiene un convenio con Dish México (empresa de MVS y la estadounidenseEchostar), para efectuar el pago de facturación de dos millones 200 mil suscriptores de Dish. Su competidor, Sky, de Televisa, contaba con dos millones 800 mil suscriptores en septiembre de 2010, con la diferencia de que SKY fue puesta en operación desde 1997, mientras que Dish inició operaciones 11 años después. 48
Es decir, en menos de tres años, Dish casi igualó el número de suscriptores al ofrecer un servicio de televisión de paga más barato.
Para el investigador de medios Gabriel Sosa Plata, la batalla de Televisa contra Dish y Telmex se ha incrementado con miles de spots de publicidad comparativa,en los que el personaje “bigotón” que dice “háblele” aparece ridiculizado; lo mismo que unas destartaladas “antenas rojas”. Esta batalla ahora extendida a Televisión Azteca puede repercutir en los contenidos y el derecho de las audiencias a confiar en la información que se les ofrece.
En el principio 13 de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión, el cual está aprobado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a letra expresa dice: “La utilización del poder del Estado y los recursos de la hacienda pública; la concesión de prebendas arancelarias; la asignación arbitraria y discriminatoria de la publicidad oficial y créditos oficiales; el otorgamiento de frecuencias de radio y televisión, entre otros, con el objetivo de presionar o premiar y privilegiar a los comunicadores sociales y a los medios de comunicación en su función de sus líneas informativas, atentan contra la libertad de expresión y deben estar expresamente prohibidos por la ley”. 49
Cabe reflexionar sobre el poder de estos tres consorcios en perjuicio de la libertad de expresión. Se dice que Televisa tiene como candidato a Enrique Peña Nieto y que la cercanía de Carlos Slim es con la izquierda. Así que la entrega de concesiones no sólo es importante en sus negocios, sino que de forma indirecta influyen en la política.
Sergio Aguayo en su libro Vuelta en U, cuestiona las fallas existentes en las instituciones para hacer funcionar a la democracia y cómo la ciudadanía tiene que participar más en la vida política del país, para evitar evitar este tipo de prácticas en el sistema político mexicano. 50
Aguayo examina con detalle las campañas electorales y el uso de la radio y la televisión para difundir spots negativos e ilegales. Ejemplifica el caso de las elecciones presidenciales de 2006 donde el PAN ensayó una campaña negra en contra de Andrés Manuel López Obrador y definirlo como un "peligro para México".
De igual forma, se hace patente reflexionar sobre el papel que ha tenido el Instituto Federal Electoral (IFE), en dicho proceso. En La mecánica del cambio político en México: elecciones, partidos y reformas, Ricardo Becerra, Pedro Salazar y José Woldenberg, ya reflexionaban sobre cómo el IFE se fue adecuando para regular el comportamiento de los medios, cómo fijó los gastos en campaña de los partidos políticos y estableció los lineamientos para hacer una contienda más equitativa para elegir a nuestros representantes.
La vida institucional de México debe ser rescatada. La clase política tiene que entender que se debe legislar como primer benefactor a la sociedad mexicana. Que sigan prevaleciendo los intereses empresariales y políticos por encima de la sociedad, mermará aún más la relación que el Estado tiene con los ciudadanos.

domingo, 13 de febrero de 2011

La participación ciudadana en la política, una forma de gobernarnos



Luis Reyes. Fuera de los partidos políticos y del sistema habría poco que hacer como ciudadanos, tal vez porque siempre se nos excluye de los grandes y jugosos negocios, porque no formamos parte de las cámaras empresariales que se enriquecieron al amparo de la clase política que lo permitió.
Parece paradójico pero usar al sistema se convierte en un contrapeso al mismo. En el México de hoy hay que jugar así. Usar los instrumentos jurídicos a nuestro alcance, la ley de participación ciudadana, la ley de transparencia para informarnos y cimentar la rendición de cuentas en los políticos.
Esto resulta importante porque se acerca una elección difícil en 2012. ¿Regresa el PRI? ¿Los partidos de oposición se aliarán? ¿En que nos beneficia si votamos por tal o cual partido? En efecto, la pobreza no permite la democracia, porque primero pensamos en comer y después en quién nos gobierna, pero si no pensamos en quién puede combatirla, nos quedamos con la pobreza democrática y la del estómago de nuevo.
Usa las instituciones. ¿Complicado? Si, porque no existe esa cultura. En la medida que las obliguemos a trabajar, una teoría que tengo es que se democratizarán, porque de lo contrario seguirán en el anonimato de la corrupción. Pon al sistema en aprietos y usa las leyes.
Si piensas votar por Peña Nieto porque te gusta y es muy guapo recuerda que no es un concurso de belleza. La política es otra cosa. Peña Nieto tiene detrás a Elba Esther y Salinas. Dicen que el PAN no tiene propuesta, que no conocen al país y no tienen cultura. Del PRD he escuchado que son caníbales que ahora se comen entre sí. Del PRI que gobernó durante 71 años, el vox populi habla de que quiere volver a jalar los hilos de la ilusión y hacerla parecer como democracia para seguir saqueando.
Tenemos que cambiar esa idea infantil que conocemos de la democracia: de que vendrán a resolvernos todos nuestros problemas. Madurar políticamente significa que asumimos el compromiso para participar en soluciones y para exigir al gobierno lo necesario para llevarlo a cabo. Mi teoría es que si gobernamos para nosotros con nuestra inteligencia y gobernamos para todos con nuestra participación, cambiaremos como nación. Eso es lo que México necesita. Ciudadanos no de colores, ni de partidos, tan sólo comprometidos, sabios, y que le importe más la política. ¿Cuánto has trabajado por involucrarte por los problemas que están tan sólo al abrir la puerta de tu casa? ¿Complicado? Alguien tiene que hacerlo.