sábado, 9 de mayo de 2015

Purificación de vida



¿Cómo explicar lo que vivimos? ¿Cómo controlar tu energía con la de los demás? ¿Cómo seguir fluyendo con tu luz interior cuando sólo veías oscuridad en los corazones de otros? Entraban y salían del cuerpo, te dejaban cansado, una y otra vez. Al final no estuvimos solos porque muchos hicieron conciencia y porque esto es sólo una piedra en el camino.

Cada quién lanzaba su hechizo y maldecía. Hoy me tendré qué purificar, hoy me separé de todos para ser yo mismo en los demás. Si hay luz en el camino es porque tú le diste una oportunidad. Por muy exhausto que te encuentres, por muy poca fe que tengas, por difícil que sea el camino, por muchas batallas que tengas qué pasar, hazlo por los tuyos, por las historias qué contarás. Si todo termina o todo comienza, es decisión tuya.

Cuántas voces gritando, cuántas emociones de miedo y rencor recorriendo las paredes de un solo cuarto. Vuelan sin cesar y nadie las puede atrapar. Hubo serpientes por fuera queriendo morder y unas más anidando los huevos del odio y la aniquilación por dentro. Mucha soberbia, poca humildad y todo reducido a cubrir los rostros con falsas máscaras de nuestro ego.

Abrázate a ti mismo, sigue tu camino, despójate de tu persona por un momento y dale la oportunidad a la belleza del mundo por un momento. Escúchate, siéntete, piénsate en este preciso momento. Si el futuro te parece incierto es porque hay que estar en el presente. Si miras al pasado, será sólo para recordar lo único que tendrás para toda la vida: las amistades que construiste y dejar atrás los falsos profetas y compañías.



Te despojarás de lo que te estorba y te asirás a lo que buscas en tu destino. Sentirás que pocos te comprenden, otros te juzgarán, unos más hablarán a tus espaldas, se reirán, te escupirán en el rostro. Cuando el hombre y la mujer se hacen responsables de dar vida, de construir un hogar, de entregar con amor y de fluir ante la adversidad, habrán alcanzado la gloria que sólo puede ofrecer la magia de la existencia terrenal.

La vida no ha acabado, todavía tu corazón late, tu cuerpo se mueve, tu rostro sonríe. Aquí estamos, para seguir vibrando en armonía, con los seres queridos, con los amigos, y construyendo puentes que nos acerquen como hermanos. Que no se nos olvide que llevamos un mensaje que llene de sabiduría y de paz a este país, que Dios guie nuestros corazones hacia un mismo fin.