miércoles, 13 de febrero de 2013

Abuelo, préndele a la radio.

Mi abuelo era un radioescucha apasionado del cuadrante, en especial de ese que se oye viejo, carcomido, polvoso por los años, en el mundo de Amplitud Modulada. Ya nadie se acuerda de él. Cada mañana, después de la hora del desayuno lo primero que tomaba era su pequeño transmisor de radio y sintonizaba Sinfonola "la estación del barrilito" o El Fonógrafo, "música ligada a tu recuerdo". Le encantaban. Se sentaba en la mesa del comedor, pedía su café, sus chilaquiles con huevo y cuando terminaba, daba vuelta a la perilla ON/OFF. ¡Ahhhh! Podía observar la satisfacción en sus ojos. Acariciaba el TUNE con alegre parsimonia, y con ella paseaba a sus oídos de estación a estación. XEQK. "Chocolates Turín, ricos de principio a fin, siete de la mañana 34 minutos, 7:34, (piiiiiiiiiii)". Era una mañana cálida. chachachás, salsas, rancheras, boleros, baladas. Súbele al VOLUME que quiero perderme en los recuerdos, quizá pensaba. Recargaba su barbilla sobre su mano derecha y con los dedos de la izquierda golpeteaba la mesa para seguir el ritmo. "Si tienes un hondo penar piensa en mí; si tienes ganas de llorar piensa en mí". La vista se le nublaba y se perdía en la inmensidad de esas cuatro paredes que albergaban nuestro hogar. Agustín Lara se debatía en profundas palabras: "Cuando quieras quitarme la vida, no la quiero para nada, para nada me sirve sin ti". Abuelo, cómo te extraño. Hoy lejos están las horas cuando paseabamos juntos por el parque con ese perro que siempre movía su rabito cuando te veía pasar. "Buuufy" le gritabas, pero su nombre era "Goofy". Hoy escribo estas líneas, recordando lo que era la radio, una compañera a la cual podías escuchar en tus últimos días. Cruzabas los brazos y te rendías a su música, para no sentirte solo. Hoy leo que casi 2 millones de mexicanos con cinco o más décadas de vida han logrado migrar a la web, conocer la Internet. ¿Qué hubieras hecho de ella abuelo? Seguramente tuiteas desde arriba. Seguramente checas nuestro perfil cada día de nuestra existencia. Si abuelo, casi no pronunciabas palabras pero con ellas sólo quiero decirte algunas: "Gracias por dejarme un padre bondadoso". Y si la radio migra al Internet, que su voz se escuche en lo más alto, en aquello que queremos escuchar. Yo por lo mientras, me voy a desayunar unos chilaquiles con huevo.