lunes, 22 de octubre de 2012

Somos más Carrilla que hasta caemos Gordillo

Luis Reyes ¡Noooooooo! Se escucha a lo lejos de la tribuna. Un aficionado llora con la bandera de su equipo auriazul. 5-0 el marcador del Tigres-Pumas. Una vergüenza, el equipo y el director técnico Mario Carrillo. Y la televisión mexicana ya sea Televisa o Televisión Azteca morbosamente pasan y pasan la imagen de un mexicano chillón, desbordado por la frustración de ver a su equipo perder en un simple partido de futbol. Entonces viene la ira. ¡Saquen al ex americanista Carrillo del equipo! Es el reclamo y ahora la gran mayoría especula sobre su salida si pierde con los pollitos de Coapa, que a su vez se emocionan con un triunfo pírrico en el Estadio Azteca para aspirar a la liguilla. Sin embargo, todo es distinto para los líderes sindicales. La "Moustrillo" Elba Esther Gordillo y el jefe de Jefes, Carlos Romero Deschamps, quienes fueron reelectos el sábado sin ninguna oposición al frente de sus sindicatos, total seis años más. La chiapaneca que fraguó el fraude de 2006 para que con los votos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación ganara Felipe Calderón, se hizo del cargo desde 1989; y Deschamps, vinculado con el Pemexgate que financió la campaña de Paquito Labastida llegó al poder de su gremio en 1996. Qué pena, muchísima pena y más pena que exista mexicanos que dentro de sus sindicatos sigan exprimiendo el erario y manteniendo en el poder a momias políticas. Que existan legisladores que vayan a aprobar la reforma laboral sin promover cambios para proteger al trabajador como se requiere, favorecer a los grandes intereses empresariales porque según nuestros senadores, los diputados hicieron "una estupenda labor". ¡Mother Fuck! Que existan trabajadores que se rascan las pelotas en sus respectivos trabajos y sólo extienden la mano para no trabajar. Así es mis amigos, sigamos jugando futbol, no perdamos esa pasión, sigamos cerrando los ojos a la política, sigamos promoviendo este México, con políticos tan mediocres que no están a la talla de los retos que exige el país, total. Sólo en México se pide la renuncia de un pésimo director técnico en pocos días, mientras que un político fraudulento lo perpetuan durante años, porque así está bien, porque somos más Carrilla que hasta caemos Gordillo.