jueves, 2 de agosto de 2012

Las artemisas aztecas

Luis Reyes Con gran emoción, las arqueras Aída Román y Mariana Avitia le dieron una nueva alegría a México, al ganar las medallas de plata y bronce en la categoría de tiro con arco, deporte que ha adquirido en fechas recientes gran simpatía y que con esta participación histórica, obtiene las primeras preseas olímpicas como disciplina para nuestro país. Con un tiro de desempate, la campeona olímpica de equipos por Corea del Sur, Ki Bo-Bae, se adjudicó el oro tras derrotar a Román, quien antes tuvo que vencer a Avitia para llegar a la ansiada final. Este año, Bo-Bae ha ganado dos medallas de oro en las categorías individual y por equipos en la Copa del Mundo, lo que le permite ser la mejor arquera del planeta. Además logró oro en equipos mixtos en los mundiales de Turín y bronce en la prueba por equipos. Con ello, México suma cuatro medallas (tres de plata y una de bronce) en estos Juegos Olímpicos celebrados en Londres y coloca a dos atletas de nuestra nación en el mismo podio, escenario que no sucedía desde 1984 cuando Ernesto Canto y Raúl González, lograron medalla de oro y plata en la prueba de marcha de 20 kilómetros en Los Ángeles, Estados Unidos. Avitia es originaria de Monterrey, Nuevo León y con apenas 18 años, participa en sus segundos Juegos Olímpicos. Durante su participación en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Mayagüez 2010, obtuvo dos medallas de plata y cuatro de bronce; mientras que la capitalina Román –de 24 años y egresada de la licenciatura de Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México—, en la misma justa deportiva efectuada en Puerto Rico, tuvo una destacada participación al lograr siete medallas de oro y una de plata. Una competencia cardiaca en la que dos artemisas mexicanas dieron lo mejor de sí, que se entregaron y que de nueva cuenta, son las mujeres, las que en últimas fechas nutren de preseas a nuestro país, lo que es digno de mencionar. Por otro lado, es una actuación formidable para el tiro con arco, a pesar de que los hombres obtuvieron un destacado cuarto lugar en equipos, porque esta disciplina ubica a México como una potencia en el globo terráqueo, y lo confirma como digno contendiente en el futuro. Y qué decir de Bo-Bae, campeona que nos entregó una postal de humildad y de ejemplo, al bajarse del podio y abrazar a las mexicanas cuando iba a recibir su medalla, lo cual demuestra que el deporte engrandece al hombre cuando reconoce en su oponente la valía y el tesón que se tiene para alcanzar la excelencia, sea de la nacionalidad que sea. El ser humano como tal, sin banderas, sin colores, sin himnos, sólo el ejemplo de lo que el cuerpo y la mente humana son capaces de lograr cuando se conjuntan ambas en un objetivo en específico. Bien por las mexicanas, porque detrás de ellas hay el esfuerzo enorme de un entrenador que corrige hasta el cansancio los errores, que transmite la paciencia hasta alcanzar los aciertos, que motiva con una sonrisa, que te exige quizá con lágrimas y sudor a alcanzar la más perfecta imagen de lo que puedes ser cuando en verdad quieres lograr estar en la cima. Michael Jordan decía: “Si cumples con el trabajo, obtienes recompensas. En la vida no hay atajos”, es cierto.