lunes, 16 de abril de 2012

Los tres tristes tigres en el país del PAN













Luis Reyes
En la década de los 80s del siglo pasado, recuerdo con nostalgia, los libros de lectura gratuitos que editaba la Secretaría de Educación Pública. Los que crecimos en aquella generación, aprendimos a leer con ellos, y me atrevo a decir que evocamos con gusto “La rata vieja”, “Chimpete Champata”, “Gotita de agua”, “El león y el ratón”, “El país del pan”, “Tres tristes tigres”. Eran todavía los tiempos del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Casi a la par, Televisa transmitía en canal 5 una infinidad de caricaturas, además del programa “Corre GC corre”, basado en el juego de mesa conocido como maratón, donde los niños tenían que responder preguntas elementales de conocimiento general. La estrella era un gato morado de nombre GC, el cual supuestamente competía contra la ignorancia.
Millones de niños nos convertimos en pequeños televidentes de los cientos de series infantiles de aquella época como El Hombre Araña, Transformers, Los Picapiedra, Los X Men, Los Pitufos, Garfield, La Pantera Rosa, Don Gato y su pandilla; historias que en años recientes fueron desempolvadas para llenar las salas de la industria cinematográfica.
Hoy como ayer, también fuimos saturados de millones de cortes comerciales con productos de marcas como Coca Cola, Sabritas, Ricolino, Mattel, etc. Estos y otros anunciantes, crearon personajes amigables con golosinas y juguetes con el fin de fomentar el consumismo infantil. Quién no recuerda al Maguito de Sonrics, el Osito Bimbo, o a Don Galleto de Gamesa, por mencionar algunos.
Por otro lado, “El Tesoro del Saber” era uno de los pocos programas infantiles con fines educativos transmitido por Televisa de forma divertida y novedosa. Los temas que abordaba iban desde el español, las matemáticas, hasta las ciencias sociales y naturales. Su formato resultaba muy llamativo por el uso de títeres y de personajes disfrazados que interactuaban dentro de una granja.
Me remito al pasado porque no dejo de pensar en dos lecturas de aquellos libros de texto con un poco de ironía: “El país del pan” y “Tres tristes tigres”. En la primera porque después de que México alcanzara la alternancia con el Partido Acción Nacional (PAN), éste también se convirtiera en cómplice de la televisora, al acrecentar su dominio oligopólico y sabiendo de antemano que es generador de contenidos y de opiniones con cobertura nacional.
Televisa sabe que las nuevas generaciones están mudando al lenguaje activo que permiten las computadoras y los celulares, debido a que la televisión como lenguaje pasivo, ya no es todo el entretenimiento sino sólo un complemento. Los tiempos han cambiado. Si en el pasado su auge como empresa se debió al proteccionismo y las buenas relaciones con el PRI, ahora con el PAN recurre al poder que le ofrecen la pantalla y los tribunales.
En la segunda, porque tres presidentes corporativos de esta televisora –cada uno en su época—, encontraron más felicidad que tristeza por tener una clase política timorata y temerosa, cada vez más condicionada a no ser censurada o atacada en televisión, con el fin de ascender en sus carreras políticas y olvidando su compromiso con la democracia de nuestro país.
Enrique Peña Nieto ahora es el nuevo proyecto empresarial, ha viajado por toda la República como el rey del spot. Mucha imagen y poco contenido. El lema de "te lo firmo y te lo cumplo" también se expresa para aquellos que le son incómodos a Televisa. El Partido Verde, coaligado con la candidatura de "Gel Boy", ha pedido al Tribunal Federal del Poder Judicial de la Federación que no se le otorgue a Javier Corral su candidatura al Senado, así como arrebatarle su espacio como comentarista en el Instituto Mexicano de la Radio.
Como otros oligopolios, “tragar trigo en tres tristes trastos”, no es parte de la dinastía Azcárraga, cada “tigre” estimuló el apetito de Televisa en los negocios, menoscabando la pluralidad y la competencia, ante los vacíos legales existentes. Debemos tomar conciencia en este debate y manifestarnos en la medida de lo posible con el tipo de televisión que queremos y si queremos también un nuevo Presidente ligado a las televisoras.